SOBRE LISBETH SALANDER

Las dos películas sobre la famosa trilogía Milenium del malogrado escritor sueco Stieg Larsson, Los hombres que no amaban a las mujeres y La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina, tienen la virtud de enganchar y sorprender al espectador, como supongo, por su éxito de ventas, la obra literaria en la que se basan.
Mayor mérito otorgo a la primera película que posee una trama más verosimil. El mayor acierto son, sin duda, el periodista de investigación Mykael Blomkvist, tal vez el alter ego del autor, y sobretodo, Lisbeth Salander, una mujer independiente con un pasado y un presente difícil y violento, al que el dominio de la informática, le permite sobrevivir y esclarecer, los distintos asuntos en los que se ve envuelta.
Me llama especialmente la atención, un tema de fondo, recurrente, que proponen ambas películas, y que encarna la protagonista con mayor relevancia, el maltrato a la mujer en la sociedad contemporánea, en el ámbito de la familia, madre e hija, y en la sociedad, la explotación sexual. Además, expone un rol de la mujer actual, libre, estética y moralmente.

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