EL ORIGEN DE LA VIOLENCIA


La esperada por los aficionados al cine, y última película del director Michael Haneke, no desmerece de la Palma de Oro que recibió en el pasado festival de Cannes. La Cinta Blanca, cumple todas las expectativas de poder ver una película de gran calidad en todos los aspectos que pudieramos considerar en este tipo de obras. Desde una cuidada fotografía en blanco y negro con una ambientación extraordinaria de vestuario y escenarios, hasta la brillante dirección y el guión más original del director, que esta vez mira al pasado, la vida de un pueblo alemán en vísperas de la Primera Guerra Mundial.
Un maestro de escuela, se supone ya anciano, cuenta una serie de hechos sucedidos en una pequeña población, y en los que estuvo indirectamente implicado. El resultado, porque el propio protagonista no llegó a captar el sentido global de lo que él narra, es un argumento que queda abierto a la interpretación del espectador. Éste desearía que la narración fílmica del pasado se prolongase más de las dos horas que ya dura para poder retener las sugerencia y matices que va proponiendo el director.
Podemos descubrir una sociedad a comienzos del siglo XX jerarquizada y rígida, política, social y moralmente. Por una parte nos econtramos a la nobleza que vive de la agricultura y del trabajo del campesinado, y por otro, la religión luterana como ideología que refuerza este mundo cerrado. Un mundo, en apariencia estable pero que en palabras de sus protagonistas es malvado y brutal, y que engendra, violencia, su propia perversión, en dos niveles que en la película aparecen unidos con cierta ambigüedad. De un lado, el nivel social, el gobierno y la preminencia de la aristocracia, atacada por sus propios servidores, y de otro, el nivel moral, el que vive el médico y su entorno, que huye al final en medio de rumores.
Los niños y los adolescentes, tienen un papel destacado en la película. En ellos se encuentra la verdad de esta sociedad tan deplorable. Son educados en una rígida moral, pero a la vez padecen y conocen los excesos sexuales de los adultos, que les lleva en ese momento, y tal vez en el futuro a ejercer la violencia. La perspectiva histórica enriquece las posibles interpretaciones de la película que hace que nos preguntemos, si las dos guerras mundiales del siglo XX, la violencia engendrada por el Fascismo, fue originada por un mundo rígido y cerrado que se resistió a cambiar, a aceptar la realidad compleja del ser humano.

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