CRÍMENES DE GUERRA EN NANKING

Ciudad de vida y muerte (Nanjing, Nanjing), dirigida y escrita por el director chino, Lu Chuan, narra la matanza llevada a cabo por el ejército japonés en la ciudad de Nanking, entonces capital de China, a finales de 1937. Un auténtico genocidio con más de doscientos mil víctimas civiles y militares. Toda la película es un relato estremecedor donde se muestra en más de dos horas, y de forma continua, primero los últimos combates entre el ejército chino y el japonés; los fusilamientos masivos y arbitrarios de los soldados, para terminar con las violaciones sistemáticas y el asesinato de las mujeres chinas prisioneras.
Esta barbarie, sin embargo, está narrada desde el lado japonés principalmente, en concreto de un joven oficial, Kadokawa, que observa y protagoniza los hechos. Las imágenes son de una calidad excepcional: la cuidadosa fotografía en blanco y negro; La articulación narrativa y la composición de los planos y secuencias con un tono poético, y la música solemne. Recuerda, en algunos momentos, al tratamiento de las imágenes de Steven Spielberg en Salvar al Soldado Ryan y en La Lista de Schindler.
Este hermoso y trágico poema visual termina sin desmerecer del conjunto cuando el protagonista se suicida, y yace muerto entre la hierba primaveral a las afueras de las ruínas de Nanking en la lejanía, porque en esas circunstancias, como dice este personaje, era más fácil la muerte que la vida.

EL HOMBRE Y EL MEDIO NATURAL


TULPAN, es el nombre de la joven con la que pretende casarse Asa, joven marinero que termina el servicio militar, y vuelve a las estepas de Kazajistán para convertirse en pastor y tener una familia. Sin embargo, Tulpan, a quien no se la ve, le rechaza por sus orejas demasiado grandes, porque desea ir a la universidad.
La película es una metáfora de la dificultad de vivir en las duras condiciones de un medio ambiente semidesértico y desarrollarse como hombre. Se construye con imágenes sencillas y escasos diálogos, con un aspecto de documental que introduce al espectador en ella, y donde observamos las costumbres primarias de los ganaderos y los animales de las estepas hasta el mínimo detalle.
Los ecos del mundo avanzado, apenas captados por la radio, quedan muy lejos y estimulan los sueños y los deseos frustrados de los personajes.

LA SUPERACIÓN DEL PASADO


El conflicto de Irlanda del Norte ambienta esta película ganadora el año pasado del premio al mejor guión y director en el Festival de Sundance. Se centra en la figura de un joven paramilitar, Alistair Little, interpretado con brillantez por el actor Liam Neeson, que asesinó a un trabajador católico, y que trata, después de pasar años en la carcel, de superar este acto violento, que le supone una pesada carga. Intenta encontrarse con el hermano del asesinado en televisión, y testigo de aquel suceso cuando era un niño, pero que se frustra por sus verdaderas intenciones de venganza.
El título de la película, Cinco minutos de Gloria, alude al momento, filmado con gran sensibilidad,de su encuentro violento, precisamente en la casa de la familia de la víctima, destruida como ésta por aquel hecho atroz. Sin embargo, al final, se convierte en un acto de liberación para ambos protagonistas, por la verdad y contacto que en él se transmite, y que lleva a la superación de cualquier intención de venganza, es decir de volver a la violencia, por parte de la víctima, para llegar a la reconciliación.