SOBRE LA POESÍA

POESÍA (Poetry), dirigida y escrita por el coreano Lee Chang-dong, es una extraordinaria película que recibió el premio al mejor guion en el pasado Festival de Cannes. Comienza cuando el cadáver de una joven adolescente es llevado por el río. Termina cuando ésta se encuentra al borde del puente poco antes de suicidarse. Durante todo el largo metraje se responde a la cuestión de qué paso para tal circunstancia de una forma original a diferentes niveles de significación para tratar el tema de qué es poesía o lo qué es lo mismo, arte, y dónde encontrarlo, o cómo buscarlo a través de la escritura o el cine.
La protagonista de la mayoría de las escenas de la película es Mija, la actriz, Yun Junghee, en una soberbia interpretación de una mujer de sesenta y cinco años que cuida a su nieto adolescente y que sufre los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer, en la que pone todos los recursos expresivos físicos e intelectuales posibles. Se gana la vida con una pequeña pensión y cuidando a un anciano con parálisis, vida que irá cambiando poco a poco cuando se entere que su hijo y otros amigos de su colegio han violado repetidas veces a una compañera de curso, que le ha conducido al suicidio. 
Los padres de los jóvenes intentan parar el escándalo y las responsabilidades penales dando una indemnización a la madre de la chica. Ella aunque no tiene dinero hace todo lo posible para conseguirlo. Mientras, ella se decide a escribir poesía en un taller de escritura del centro cultural del ayuntamiento donde vive. Aprende que la poesía se encuentra en uno mismo y supone buscar la belleza en el entorno que nos rodea, desde una especial mirada y un sentimiento original. Al final, consigue escribir un poema pese a su falta de inspiración, pese a que se imponga la realidad más cruda en su vida. Su nieto es detenido por la policía.
De esta forma, el director y guionista transmite la idea que es posible conseguir la belleza desde una realidad problemática de fondo, llegar a la poesía que está en el creador, en la manera como maneja el arte cinematográfico o cualquier medio expresivo, sin obviar la realidad más dramática, muy al estilo, por cierto del Festival de Cannes.

FOTOGRAFÍA DE MODA

El Museo Thyssen de Madrid expone cincuenta y cuatro fotografías de Mario Testino bajo el título, TODO O NADA, que se refiere a la posibilidad de contemplar a la mujer vestida o desnuda. Constituyen un conjunto protagonizado por las más importantes modelos y actrices del momento, cuyo recorrido se inicia con ellas vestidas de amplios y elegantes vestidos asociados a escenarios suntuosos donde combina los colores de los mismos con las distintas gamas de los fondos, para terminar con la captación de sus desnudos.
Sabemos que algunas imágenes han sido realizadas especialmente para esta muestra. Nos encontramos con varias fotografías que repiten modelo como María Vladirova o las más conocidas, Kate Moss y Claudia Schiffer en distintas poses. Así mismo se incluyen imágenes de actrices como Jennifer Aliston, Kate Winslet o Demi Moore, la mayoría en blanco y negro. Les representa principalmente con un plano conjunto o medio, dando relevancia expresiva a su cuerpo estilizado.
Testino pone de manifiesto distintas facetas en relación con las modelos, desde la captación del glamour de las mujeres mas famosas por su belleza, a la representación de otros momentos más íntimos con una mirada espontánea. La exposición supone, por tanto, una alabanza a la "mujer Testino", la demostración de su forma de entenderla, en la que le gustan las mujeres fuertes e independientes, que no dejan nunca de ser femeninas, con personalidad que son capaces de reflejar sus deseos y los nuestros.

LA HISTORIA COMO CIRCO

BALADA TRISTE DE TROMPETA, escrita y dirigida por Alex de la Iglesia es una película merecedora de los premios a la mejor dirección y guion en el pasado Festival de Venecia, y tal vez la mas relevante en España durante este año, desde luego, digna del presidente de la Academia de Cine. Engancha desde principio a fin con su estilo personal que aquí llega a sus mas altas cotas de humor negro y atención por lo grotesco.
Está ambientada en el franquismo del cual hace un original retrato. Arranca en plena Guerra Civil cuando en el fragor de la lucha y la represión, una serie de personajes de un circo son enrolados en la guerra. Descendiente de uno de ellos encarcelado después de la misma, es uno de los protagonistas de la película Javier, que se convertirá en el payaso triste de un circo siguiendo el ejemplo de su padre. Sin embargo, allí se encontrará con Sergio, otro payaso, en este caso violento, que maltrata a su atractiva mujer, la trapecista del circo llamada  Natalia. La lucha, la locura, se desatará entre ellos por el amor o la posesión de la misma, que durará toda la película. 
Lo mejor, la imbricación con la historia de España desde la Guerra Civil hasta la muerte del almirante Carrero Blanco al final de la misma, reforzada por la acertada ambientación, principalmente en los años setenta. Observamos la represión y violencia de la guerra entre los dos bandos, contra los vencidos; al propio general Franco y su negra corte de militares, en las propias imágenes de la película y con secuencias de la televisión de la época, no desde una perspectiva histórica estrictamente, sino del público, del televidente que comprendía la situación del país por los medios de comunicación controlados por la dictadura. 
Muestra una perspectiva personal del propio director que interpreta aquella época con lo que él podía captar como un niño que era en aquél tiempo. Un niño que dialoga con los personajes de la televisión y el cine de finales de los sesenta y comienzos de los setenta, con la música y el cantante Raphael, una de cuyas canciones da título a la película.
De todas las maneras, Alex de la Iglesia, la confronta con la perspectiva histórica, desde el punto de vista documental, incluyendo imágenes originales y desarrollando la idea de la superación de aquél conflicto fratricida en clave de metáfora, de payasada, porque su prolongación lo único que conduce es a la destrucción de aquello que más desean o aman, la libertad y la felicidad. Para ello ha transcurrido el tiempo, y hay que superar o reinterpretar los viejos símbolos de aquél enfrentamiento como el Valle de los Caídos construido sobre la memoria de sus víctimas.

RENOIR EN EL PRADO


PASIÓN POR RENOIR. La colección del Sterling and Francine Clark Art Institute es una pequeña exposición que reune 31 obras de este pintor impresionista en el Museo del Prado. Fueron reunidas por el coleccionista norteamericano Robert Sterling Clark durante cuatro décadas. Supone la primera exposición monográfica del autor en España.
Las pinturas se centran en el estilo del último cuarto de siglo, el periodo de mayor interés para Renoir. En él podemos disfrutar de la variedad de géneros que toca el artista con especial dedicación a los motivos femeninos, anónimos o retratos, que fueron los que atrajeron a Clark. Representan mujeres en distintas poses donde se incluyen desnudos. Los largos cabellos y las distintas clases de vestidos son un pretexto para mostrar la maestría en el color y una pincelada amplia y suelta, más larga y precisa que la de otros pintores impresionistas.
Deslumbran sobremanera los retratos de Marie-Thérèse Durand-Ruel cosiendo y el de Thérèse Berard, donde capta la belleza de la juventud todavía adolescente siguiendo la tradición de la pintura francesa del siglo XVIII. Del conocimiento de la pintura europea, italiana, flamenca o Española dan cuenta otros lienzos de la exposición. En la forma estrictamente impresionista se puede contemplar paisajes como El puente de Chatou y La barca-lavadero de Bas-Meudon, donde deja su impronta personal, sugerente y delicada, en la captación de la luz y el color.
Con mayor libertad y gusto se sintió el autor en la representación de flores y bodegones donde podía demostrar éste enorme interés por el color. Son ejemplos los cuadros titulados Peonías o las Cebollas. La preocupación por la composición en el lienzo, Frutero con manzanas, le acerca a las obras de Cézanne.

VIDAS AL LÍMITE

En BIUTIFUL, el director Alejandro González Iñárritu, vuelve a sus orígenes al retratar el mundo marginal de una ciudad, de una sociedad, en este caso de la posmoderna Barcelona, donde conviven las personas de las más variadas nacionalidades en busca de un presente y un futuro mejor. Sin embargo, el protagonista, Uxbal, es un charnego, un inmigrante pobre procedente de otra región de España, que sobrevive en el extrarradio de aquella ciudad, en diferentes negocios no del todo legales.
La película es una verdadera tragedia que hace experimentar al espectador un viaje físico, espiritual y emocional, como afirma el propio director. En primer lugar, se narran los últimos días de la vida del protagonista aquejado de un cáncer, mientras trata de llevar sus asuntos relacionados con la explotación del trabajo de los inmigrantes ilegales o la corrupción policial. Trata de cuidar de sus dos hijos y de su antigua mujer con problemas mentales y dedicada a la prostitución. Javier Bardem, en una sobrecogedora interpretación, digna merecedora del premio al mejor actor en el pasado Festival de Cannes, protagoniza casi todas las escenas de la película, en los más diferentes planos y luces que resaltan el dramatismo de la historia. 
De esta manera, el director retrata al protagonista, a su entorno y a una serie de personajes marginales que sobreviven al límite, donde la línea de separación ha desaparecido entre la vida y la muerte, la libertad y la esclavitud, la legalidad e ilegalidad, la realidad y la fantasía.
Desde el punto de vista formal, la película es más lineal en el montaje que las anteriores obras del director, aunque sigue experimentando con anteceder planteamientos en un principio que vuelve a coger al final para resaltar la armonía del conjunto y mostrar los múltiples matices a los que alude el guión. Uno de ellos explica el propio título que se refiere a la palabra inglesa, beautiful (belleza), pronunciada, pero mal escrita. Una palabra que dicen y dibujan los hijos de Uxbal cuando hacen los deberes del colegio. Así, el director al utilizar personajes infantiles como contrapunto frente a la dureza del entorno, refuerza el carácter trágico del argumento.
También, belleza, es lo que ellos buscan asociada a la felicidad, lo que pretende el director transmitir al espectador desde el lado marginal y más oscuro de los seres humanos en una ciudad deslumbrante hoy para el viajero o el turista urbano.