SOBRE EL MÁS ALLÁ

Clint Eastwood, director, productor y autor de la banda musical crea una extraordinaria película en MÁS ALLÁ DE LA VIDA ( Hereafter ) por la maestría en la utilización del lenguaje cinematográfico. Todo un ejemplo para cualquier director o aficionado al cine. Marcan diferencias los planos secuencia y el empleo de gruas para captar grandes planos generales o cenitales. Recuerda a los grandes maestros del cine clásico. Así mismo, llama la atención la extraordinaria sensibilidad de las imágenes, un lirismo crepuscular que ya se podía disfrutar en una de sus anteriores películas, Gran Torino, acrecentado por una música especial compuesta por el director.
Magistral, de igual forma, es la interpretación de los actores en la que muestran los rasgos más humanos, los más profundos sentimientos. Destacan Matt Damon, y Cecile de France en los papeles de George Lonega y Marie Lelay, sin olvidar el actor niño, Frankie McLaren como Marckus. Son los protagonistas en una película deliberadamente europea, la cultura francesa, inglesa y un toque italiano, bajo la inspiración norteamericana.
Tres historias diferentes confluyen en un punto, el final de la película, la última escena. Todas tienen en común personajes con una relación con el más allá. Marie es una bella periodista francesa que casi murió ahogada en el tsunami de Indonesia. George, a causa de una grave enfermedad, descubrió que tenía poderes parasicológicos por los cuales podía entrar en contacto con los muertos. A Markus se le murió su hermano gemelo y trata de sobreponerse a tal circunstancia.
Esta angustia por el contacto con la muerte y el más allá va a condicionar sus vidas, a transformarlas. Van a indagar sobre ello. En su investigación o en su huída descubrirán que existe algo después, pero no se sabe que es, cómo definirlo. Y lo más importante, la felicidad se encuentra aquí, en la vida, ¿el amor y la belleza?, en la que debes hacer todo lo posible para vivirla, disfrutarla, no condicionarla por la angustia del fin o por la ausencia de un ser querido.

RELIGIÓN Y VIOLENCIA

La guerra durante los años noventa entre el terrorismo islamista y el gobierno argelino causó numerosos asesinatos entre los cuales estuvo el secuestro y la muerte de siete monjes franceses en Tibhirine. La película DE DIOSES Y HOMBRES (Des hommes et des dieux) dirigida por Xavier Beauvois se basa en este suceso, desde el momento en el que se empiezan a producir los atentados violentos contra la población, y la comunidad de monjes cistercienses se ve envuelta en este conflicto en las montañas del Magreb. 
Cuenta la profunda espiritualidad y ayuda de la comunidad religiosa respecto a la pobreza del entorno. La convivencia entre la religión islámica y la religión católica. También un sobrio y auténtico retrato de las convicciones personales de unos seres humanos que deciden permanecer en medio de un enfrentamiento violento que les lleva a prestar asistencia medica a algún terrorista herido y a ser vigilados por el ejército argelino que les había ofrecido ayuda. Su muerte todavía sigue siendo un misterio no suficientemente aclarado.
La película transmite la esperanza de que sobrevivirían al conflicto por sus firmes ideas alejadas del dinero y el éxito, de cualquier interés mundano.Sin embargo el espectador conoce de antemano el final de la historia lo que refuerza el mensaje y el valor de las imágenes que tuvieron un merecido Gran Premio del Jurado en el pasado Festival de Cannes.
La forma que adopta el director para contar la historia tiene, de esta manera, mayor relieve. El ritmo de vida pausada del monasterio, las reflexiones del capítulo, los rituales cantados ancestrales de los monjes que contrastan con el entorno, el lirismo de los paisajes de montaña solitarios son los que marcan y seducen al espectador. Frente a la violencia de fondo, un mensaje de diálogo y tolerancia.

DISCURSO DEMOCRÁTICO

La película EL DISCURSO DEL REY(The King´s speech) dirigida por Tom Hooper, cuenta las dificultades para superar la tartamudez de Alberto de Windsor, duque de York que le impedían hablar en público y desempeñar las funciones asignadas como miembro de la casa real inglesa. Tras el fracaso de las terapias tradicionales, será un logopeda sin titulación de doctor y heterodoxo, Lionel Logue, quien consiga hacerle superar sus dificultades.
Este personaje real, pues el guión se basó en las notas personales conservadas, y magníficamente interpretado por el actor Geoffrey Rush, trata de ganarse la amistad del duque de York en un principio imponiendo sus normas y soslayando la diferencia de clase, de estatus social. Sin embargo fracasa porque Bertie, el apodo familiar del duque, no puede asimilar tal pretensión. Él nunca había hablado con un plebeyo, ni había le había dado tales confianzas. 
Por la historia conocemos que subió al trono según el orden de sucesión, su hermano el Príncipe de Gales como Eduardo VIII, pero la pretensión de casarse con una divorciada, la estadounidense Wallis Simpson le obligó a abdicar. Ante tales acontecimientos, el duque de York accede al trono respaldado por el parlamento por cuanto también se sabe que el rey había tenido contacto con la Alemania nazi. Esto llevará al duque de York a convertirse en Jorge VI y a volver a la terapia, a ser ayudado por el logopeda en todos los acontecimientos que tuviese que hablar en público, en una situación histórica difícil para la nación, para toda Europa, cuando comienza la Segunda Guerra Mundial.
Las escenas finales son las más significativas de la película. Primero la coronación, todo un éxito para el rey, ayudado por el logopeda, y sobre todo, el discurso estremecedor en el que declara la guerra Inglaterra a Alemania tras invadir Polonia. Se realiza en la radio dirigido a todo el imperio y en el que el monarca tiene que ser ayudado en la declamación y en las condiciones ambientales para superar su deficiencia. 
Es un logro para él y para el logopeda, al cual seguirán otros durante la guerra, sus vidas, pues entre ellos surgirá una profunda amistad que superará las diferencias de clase. A partir de ese momento el rey llamará amigo a terapeuta, y éste, majestad, reconociendo el éxito y las dificultades de su trabajo.

MEMORIA HISTÓRICA

Durante la Segunda Guerra Mundial, la Francia del general Petain colaboró con la Alemania nazi en el exterminio de los judíos. Más de setenta mil franceses de ese origen fueron deportados. El presidente Jacques Chirac reconoció los hechos. En esta época está ambientada la película LA LLAVE DE SARAH (Elle s´appelait Sarah), dirigida por Gilles Paquet-Brenner, y basada en la novela homónima de Tatiana de Rosnay, en la que una periodista estadounidense residente en Francia, Julia Jarmond, se encarga de escribir un artículo sobre el suceso de Vel´d´Hiv en julio de 1942, cuando comenzó la detención de miles de judíos en París.
La película narra en forma de flash back la historia de Sarah que es detenida junto a sus padres en su casa. Ella pronto se convierte en protagonista cuando evita que su hermano pequeño sea apresado al encerrarlo en un armario y llevarse la llave que le acompañará a lo largo de su vida, pues logrará escapar del campo de concentración y ser criada por una familia hasta después de la guerra en los años cincuenta cuando se marche a EEUU.
La investigación y la vida de Julia Jarmond, otra excelente interpretación de la actriz, Kristin Scott Thomas, se cruzará con el relato de Sarah cuando averigüe que el piso donde vivió la familia de su marido, y que éste está reformando para ellos, fue la casa donde vivió aquella, hasta el punto que su suegro, siendo niño conoció a la protagonista y fue testigo de cómo descubrió el cadáver de su hermano encerrado en el armario. También que el abuelo de su marido ayudó económicamente a Sarah hasta que partió para América donde contrajo matrimonio y tuvo un hijo, al que Julia conoce y le comunica la verdad de su origen judio.
El afortunado argumento sobre la tragedia del Holocausto supone poner el énfasis en una verdad que clarifica el pasado, una memoria a las víctimas, reforzada por las primeras imágenes rodadas en el museo-monumento  de París, dedicado a éste hecho. Refuerza la opinión que la Historia nos condiciona, como hace con los protagonistas, de manera indirecta por el transcurso de los acontecimientos, o de manera directa. Julia, en el transcurso de la investigación se queda embarazada. Su marido quiere que aborte, pero ella al final tiene una hija a la que llama Sarah, y a la que el espectador descubre en la última escena llena de significado.

JARDINES IMPRESIONISTAS


La exposición JARDINES IMPRESIONISTAS, organizada por el Museo Thyssen y la Fundación Caja Madrid en colaboración con otras instituciones extrajeras muestra un recorrido por el tema del jardín en la pintura desde mediados del siglo XIX hasta comienzos del siglo XX. Desde los precedentes inmediatos con artistas como Millet, Corot y Daubigny hasta los propios impresionistas que hicieron de la representación del paisaje en sus condiciones naturales uno de sus motivos principales, por lo que tendrían en el jardín público o privado un desarrollo particular.
La exposición está organizada en tres oposiciones o polaridades: entre la ciudad y el campo, el parque público y el jardín privado, lo decorativo y lo productivo. Podemos así observar obras de los grandes maestros franceses: Manet, Monet, Renoir, y Camille Pisarro que protagonizan todo el recorrido. A ellos se unen otros artistas de no menor renombre como Berthe Morisot, Sargent, y especialmente, Van Gogh, Gauguin y Cezanne cuando la trayectoria del tema evoluciona al postimpresionismo. De este momento destacan igualmente obras de Gustave Klimt y Pierre Bonnard.
El conjunto se completa y presta atención hacia la pintura naturalista europea y americana con obras procedentes de artistas alemanes, escandinavos, británicos o estadounidenses, en la que hay un capítulo especial de pintura española de la época, representada por nombres como Sorolla o Darío de Regoyos. El espectador comprueba entonces la fascinación que tuvo la representación en la pintura de la luz y el aire libre que potenciaron los impresionistas, que dejaría una huella en las primeras vanguardias del siglo XX: el fauvismo, el cubismo y el expresionismo alemán.