DISCURSO DEMOCRÁTICO

La película EL DISCURSO DEL REY(The King´s speech) dirigida por Tom Hooper, cuenta las dificultades para superar la tartamudez de Alberto de Windsor, duque de York que le impedían hablar en público y desempeñar las funciones asignadas como miembro de la casa real inglesa. Tras el fracaso de las terapias tradicionales, será un logopeda sin titulación de doctor y heterodoxo, Lionel Logue, quien consiga hacerle superar sus dificultades.
Este personaje real, pues el guión se basó en las notas personales conservadas, y magníficamente interpretado por el actor Geoffrey Rush, trata de ganarse la amistad del duque de York en un principio imponiendo sus normas y soslayando la diferencia de clase, de estatus social. Sin embargo fracasa porque Bertie, el apodo familiar del duque, no puede asimilar tal pretensión. Él nunca había hablado con un plebeyo, ni había le había dado tales confianzas. 
Por la historia conocemos que subió al trono según el orden de sucesión, su hermano el Príncipe de Gales como Eduardo VIII, pero la pretensión de casarse con una divorciada, la estadounidense Wallis Simpson le obligó a abdicar. Ante tales acontecimientos, el duque de York accede al trono respaldado por el parlamento por cuanto también se sabe que el rey había tenido contacto con la Alemania nazi. Esto llevará al duque de York a convertirse en Jorge VI y a volver a la terapia, a ser ayudado por el logopeda en todos los acontecimientos que tuviese que hablar en público, en una situación histórica difícil para la nación, para toda Europa, cuando comienza la Segunda Guerra Mundial.
Las escenas finales son las más significativas de la película. Primero la coronación, todo un éxito para el rey, ayudado por el logopeda, y sobre todo, el discurso estremecedor en el que declara la guerra Inglaterra a Alemania tras invadir Polonia. Se realiza en la radio dirigido a todo el imperio y en el que el monarca tiene que ser ayudado en la declamación y en las condiciones ambientales para superar su deficiencia. 
Es un logro para él y para el logopeda, al cual seguirán otros durante la guerra, sus vidas, pues entre ellos surgirá una profunda amistad que superará las diferencias de clase. A partir de ese momento el rey llamará amigo a terapeuta, y éste, majestad, reconociendo el éxito y las dificultades de su trabajo.

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