LEONARDO EN MADRID

La dama del armiño. Leonardo da Vinci
Con motivo de la exposición POLONIA. TESOROS Y COLECCIONES ARTÍSTICAS, que se celebra en Madrid en el Palacio Real, podemos contemplar una de las obras más interesantes de Leonardo da Vinci. Una obra documentada en la actualidad, y desde antiguo atribuida a su mano, corroborada por ser una demostración portentosa de su técnica pictórica. Lo que se desconocía era a quién representaba este retrato. Hoy se sabe que la bella dama es Cecilia Gallerani, la amante del duque de Milán, Ludovico el Moro, mecenas del pintor florentino, con quien tuvo un hijo natural. Fue pintado hacia  1490 cuando tenía diecisiete años.
Cualquier observador puede contemplar un retrato realista de una joven noble con un animal de compañía de carácter decorativo, pero la representación de este animal precisamente, tiene una serie de significaciones alegóricas. En primer lugar, la actitud de acariciarle y sujetarle alude a la relación amorosa entre la representada y el duque, porque el armiño le representa de forma emblemática, pertenecía a la orden nobiliaria del mismo nombre. También, este animal significa pureza, y el apellido Gallerani, tiene como raíz la palabra griega que le nombra. Todo un juego de alusiones al que era muy dado el pintor.
Todavía más atractivas son las características técnicas del mismo. Retrata a Cecilia de medio cuerpo girado a la derecha, mientras la cabeza se vuelve hacia la izquierda donde se encuentra el foco de atención, de luz, que ilumina toda su cara, y la mitad de su cuerpo. Una luz que disuelve los contornos y oscurece los colores en la parte menos iluminada. Resalta una gran mano que cruza su pecho para acariciar el armiño que se escapa. Leonardo pretende con este contraposto resaltar la volumetría, la anatomía de la modelo, del que él era un experto. De igual forma, sus conocimientos científicos de la naturaleza, valoran de forma virtuosa la representación detallada del animal en tensión. Por tanto, este retrato sorprende por su maestría en el dibujo, color, luz y composición, un verdadera joya para el aficionado y el estudioso del arte.
Fue pintado al oleo y temple sobre una tabla de nogal. La figura se encuentra sobre un fondo negro, dejando más espacio a la derecha del espectador, donde mira, que a la izquierda, con una perspectiva ligeramente contrapicada que se refuerza al exponerse a mayor altura que la estatura normal del visitante. Esta obra permaneció en Milán hasta el siglo XVIII y fue comprada hacia 1800 por el príncipe polaco Adam Jerzy Czartoryski, a cuya familia ha pertenecido hasta la actualidad.

1 comentario:

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