SOBRE LA JUVENTUD SIN FUTURO

La juventud necesita una oportunidad, un punto de apoyo, para labrarse un futuro y vivir mejor el presente, incluso aquella que carece de cualquier formación y ha caido en la delincuencia, la que lleva tres generaciones desempleada. La pareja representada por el director Ken Loach y el guionista Paul Laverty alcanzan con la película LA PARTE DE LOS ÁNGELES (The Angel´s Share) un gran ejemplo de su talento acreditado en un tipo de cine realista, comprometido con la sociedad, en este caso desde la perspectiva de la comedia dramática, merecido Premio Especial del Jurado en el pasado Festival de Cannes. El título alude al pequeño porcentaje de whisky que se evapora después de abrir una barrica, que en el contexto del argumento se refiere a una cantidad de esa bebida que el joven Robbie, junto a otros tres compañeros condenados a trabajos al servicio de la comunidad, roban de una apartada destilería en las Tierras Altas de Escocia por ser de gran valor. El protagonista, interpretado por el actor novel, Paul Brannigan, decide cambiar la vida de pequeño delincuente y matón cuando recibe la noticia de que va a ser padre. Mientras lleva a cabo tareas comunitarias que le permiten evitar la cárcel conoce a un grupo de compañeros en sus mismas condiciones, y a Harry, el educador encargado de ellos, que le apoyará para salir del entorno violento en el que vive. La afición de éste al whisky, hará que Robbie descubra sus aptitudes como catador de esta bebida. De esta manera, se desencadenará la comedia en el que el protagonista y sus amigos llevan a cabo el último delito con el que conseguirán el dinero necesario para encauzar su vida.
La historia se desarrolla con gran precisión por los divertidos diálogos y la sencilla, por cuidada realización del director, que da muestras de gran sensibilidad en el tratamiento de la imágenes, de los primeros planos a los planos generales del entorno urbano en la periferia de Glasgow. El sonido urbano se combina con la música británica moderna de fondo. El realismo de las imágenes, la violencia con la que actúan los personajes en determinados momentos, tiene un fondo de optimismo por la comicidad con la que se desenvuelven. El final feliz refuerza la belleza que la película transmite. Un mensaje de esperanza para aquellos que ven que su existencia no tiene ningún futuro. Si lo hay, si una parte mínima de la riqueza, incluso lo más supérfluo, de efímera consistencia, lo compartimos con ellos, para los que sería un gran punto de apoyo.

EL RETRATO CONTEMPORÁNEO

Retrato de mujer, 1938, Pablo Picasso
La Fundación Mapfre presenta la exposición RETRATOS. Obras maestras Centre Pompidou, que reune 80 retratos de afamados artistas desde finales del siglo XIX y  todo el siglo XX. El público que le guste el retrato clásico podrá analizar los cambios que los artistas contemporáneos imprimen a este género pictórico y escultórico. Los mejores maestros del arte universal mostraron su talento captando lo mejor posible la apariencia física del retratado como la personalidad y la psicología del mismo, especialmente desde el Renacimiento y los grandes artistas barrocos. Todos ellos influidos por las características del estilo o la manera de la época. Lo mismo sucede en nuestra tiempo. Los artistas de vanguardia, los fauvistas, cubistas, expresionistas o surrealistas,y los estilos posteriores aportaron al género la interpretación formal de la manera propia de cada uno, reforzando el subjetivismo, más que la valoración en sí del retratado. Se alejaron de la representación mimética del modelo.
En nuestra época el retrato también indaga sobre la condición humana, sobre su esencia, una mirada singular del artista sobre los demás y sobre sí mismo. Un representación del subconsciente o de sus pasiones, sentimientos y emociones. Se distancia del ideal de belleza tradicional y se aproxima a la complejidad del individuo moderno. Las funciones de identificación o de honrar la fama y los méritos políticos o sociales, dan paso a captar lo imperfecto, lo inestable, la fragilidad y lo grotesco del retratado, incluso su descomposición o quiebra. Evolución condicionada por la importancia de la fotografía. El espectador podrá disfrutar así de la obras de artistas como Suzanne Valandon con el retrato de Eric Satie pintado en 1893 hasta  The Moroccan de John Currin en 2001, estructuradas en cinco apartados: Los misterios del alma, Autorretratos, De cara al formalismo, Caos y desorden o la imposible permanencia del ser y Tras la fotografía. Los grandes nombres del arte se ofrecen a nuestra contemplación: Pablo Picasso, Henri Matisse, Francis Bacon, Salvador Dalí, Alberto Giacometti, Modigliani, un exquisito conjunto que une identidad y belleza en el trasiego de la historia más reciente.

ENTRE LA REALIDAD Y LA FICCIÓN

La película EN LA CASA (Dans la maison), dirigida y escrita por Françoise Ozon, sobre una obra del español Juan Mayorga recibió la Concha de Oro a la Mejor Película en el pasado Festival de San Sebastián. Merecido premio junto al del Jurado y al del Guión para este film que brilla en distintos aspectos. Cuenta cómo un profesor de literatura, frustrado escritor, descubre a un alumno de 16 años que destaca sobre los demás escribiendo. Pretende ayudarle a mejorar su estilo haciendo que lea a los grandes escritores a la vez que le corrige sus textos que desvelan el interés que siente el alumno por la familia de clase media de uno de sus compañeros, al que envidia por tener una madre y un padre de los que presumir. Poco a poco va contando la relación de  amistad con el compañero y la familia en la que se hace valer por su facilidad para las matemáticas, materia en la que su amigo necesita ayuda. El problema surge cuando el profesor por el interés para que el alumno siga escribiendo induzca la transformación de la propia realidad que está viviendo éste en favor de la ficción literaria. Hasta tal punto que la amistad de Claude con Rapha se cambia por el amor que siente por su madre, incluso el interés por la esposa del profesor, Jeanne, que está al tanto de las maniobras de su marido. El resultado no puede ser peor para el profesor Germain, que pierde el trabajo cuando el director del instituto se entera que robó un examen de matemáticas para sus propósitos, y a su mujer por haberla implicado en este asunto.
La película juega con la dialéctica entre realidad y ficción, por cuanto aquella se ve modificada por las necesidades de ésta, por el discurrir que tanto el profesor Germain como el joven Claude, deciden previamente tras una previa evolución de la narración escrita. Deseos que se expresan en la ficción que se convierten en realidad como el surgimiento del afecto entre la madre y el amigo del hijo, evolución lógica para la imaginación adolescente. Sin embargo la ficción no se puede convertir en realidad material, no puede satisfacerse tan fácil como en una  narración escrita, por cuanto la primera tiene unas limitaciones lógicas del entorno social y cultural que pueden soslayarse en la literatura. Lo mismo se podría decir de la relación arte y vida que también se plantea en la película. Todo puede convertirse en arte o en ficción, sobre todo la contemporánea, pero no en sentido contrario tan rápidamente.
De esta manera, el director a través de un extraordinario guión, expresa esta temática, y las distintas adyacentes en el propio argumento, con una estructura audiovisual en la que combina una narración lineal de base a las que se suman de forma paralela escenas hacia el pasado y hacia un futuro próximo de las acciones que se cuentan. Igualmente apariciones virtuales de los personajes en situaciones que son desarrollos ficcionales lo que provoca a veces en el espectador una cierta confusión entre la realidad del relato y las posibilidades o intenciones imaginarias. Se conforma un conjunto complejo donde sobresale además la interpretación de los actores, los consagrados encabezados por el actor Fabrice Luchini en el papel del profesor Germain, Kristin Scott Thomas como Jeanne, su mujer; Emmanuelle Segnier como la madre de Rapha, el amigo de Claude, el protagonista bien representado por el joven Ernst Umhauer.

COMPROMISO EXISTENCIAL

El oficio de educar se encuentra inserto en la sociedad en la que se desarrolla, no es un fenómeno que pueda estar aislado de la misma. La educación está determinada por las circunstancias económicas e ideológicas de cada época. La película EL PROFESOR (Detachment) gira entorno de Henry Bathes, que imparte clases de lengua como sustituto, situación que le lleva a ir de un centro de secundaria a otro, especialmente de la periferia, los más conflictivos. A uno de ellos llega, y se va a ocupar por un mes de un grupo de alumnos difíciles. Su experiencia, la forma de comunicarse en el aula le identifican como un profesor que sabe atraerse a los alumnos. No se enfrenta a ellos en tanto que individuo que siente el rechazo y apatía a través del lenguaje más vulgar y soez, sino como encarnación de unos valores de respeto y convivencia dirigidos hacia el aprendizaje. 
La película intensifica la problemática del entorno que rodea al protagonista: compañeros que sufren las agresiones de los alumnos, ineficacia en la gestión administrativa, signos de impotencia y desgaste profesional, padres alejados de la educación de los hijos..Entre todos los problemas destaca la manera de actuar por el intenso compromiso, que no sólo es laboral, sino existencial. Frente al desapego o la indiferencia, detachment, él se ocupa de su abuelo internado en un hospital o de una joven prostituta que se encuentra en la calle, conviviendo con el difícil pasado infantil que una vez y otra en forma de flash back aparecen a lo largo de la narración y se mezclan con el presente.
El espectador tiene ante él una película que cuenta circunstancias reales. Incluye fragmentos grabados a profesores que opinan sobre su profesión a modo de documental. Sin embargo el producto final presenta un resultado elaborado, estilizado por la forma en la cual se suceden las escenas, donde el desarrollo del relato es reducido, fragmentado, que gira sobre sí mismo en círculo con distintos niveles de inversión. De esta manera la película sería formalmente una narración en primera persona de Henry Bathes, profesor de ficción, de su propia experiencia, que a su vez en determinados momentos retrotrae a su propio pasado. Combina realidad y ficción, que ésta se confunda con aquella, y gane la perspectiva visual. También el director introduce transiciones de animación de dibujos sobre la pizarra proporcionando así mayor originalidad.
El resultado tiene el defecto de lo pretencioso en la forma, sobre todo por la referencia final a la obra del escritor Allan Poe, La caída de la casa de Usher, cuyas imágenes irreales, van en detrimento de la apariencia documental de la película, aunque prevalece la idea de que en nuestra sociedad, desde el ámbito educativo, hacia otros aspectos de la misma, es necesario el compromiso personal, casi heroico, para romper las duras circunstancias existenciales que sufren los seres humanos, perdidos desde la adolescencia en el caos de la indiferencia.