EL SUEÑO SURREALISTA

El arte de la conversación, René Magritte, 1963
El año 2013 que termina hoy puede considerarse a nivel expositivo en Madrid como el año del surrealismo por tres exposiciones relevantes. La que tuvo lugar en el Museo Reina Sofía dedicada a Salvador Dalí, y las todavía abiertas, Surrealistas antes del surrealismo en la Fundación Juan March, y EL SURREALISMO Y EL SUEÑO, en el Museo Thyssen. Esta última destaca por diferentes aspectos. En primer lugar por el número y la calidad de las obras expuestas, unas 163 y siete video-instalaciones. Supone un conjunto bien seleccionado, con gusto, de piezas que abordan la perspectiva del sueño en relación con el movimiento surrealista en las artes. Una perspectiva todavía no abordada a este nivel. Para ello, el comisario de la muestra José Jiménez, se sirve de pinturas relevantes de los más renombrados pintores: Dalí, Max Ernst, tal vez el conjunto más destacado junto al de Paul Delvaux, René Magritte, Ives Tanguy, Joan Miró, Giorgio De Chirico y Odilon Redon.

Foto: Este es el color de mis sueños, Joan Miró, 1925

Un conjunto relevante que incluye dibujo, obra gráfica, collage, objetos y esculturas, la fotografía y el cine, que confirma la característica de los artistas surrealistas de abrirse a una fusión de los géneros expresivos y a una estética multimedia. Unos artistas, en gran parte hombres que tenderían a representar a la mujer como objeto de deseo, la soñada, la musa, y también, mujeres que aportan una personalidad propia, de las que el espectador puede observar numerosos ejemplos, así las fotografías de Dora Maar y las pinturas de Leonora Carrington y Remedios Varo.

El sueño, Paul Delvaux, 1935

La exposición agrupa éstas desde el punto de vista temático y formal en 8 apartados, no siguiendo un itinerario lineal o cronológico, sino espiral, abierto a la interpretación del espectador, a su propia participación. Las denominaciones tienen un sentido filósófico y resonancias poéticas como La conversación infinita; Mas allá del bien y del mal; El agudo brillo del deseo y Turbaciones irresistibles. El público puede disfrutar de los distintos espacios con agrado por la distribución adecuada de los mismos y la acertada elección de los colores y el diseño decorativo.

Mujer de la noche, Joan Miró, 1973

Los artistas surrealistas entendieron el sueño como una parte de la vida del ser humano, un plano de experiencia diferente, latente, no completamente explícito, que enriquece la mente o el psiquismo. El sueño aparecería  como una manifestación de lo surreal, que amplia lo real. A causa del carácter visual que tiene, se podría afirmar que soñar es una actividad plástica, visual: soñamos con los ojos, vemos lo que soñamos. Por tanto, el sueño, la imagen, son componentes centrales de la vida.

El fenómeno del éxtasis, retrato de mujer, Brassai, 1933

Sin embargo, los artistas, de la misma manera que no se limitaron a representar la realidad tal como es, tampoco, sin más, copiaron los sueños, ya que los elaboraron según su creatividad. Configuraron además de un movimiento artístico una actitud ante la vida, más libre y más plena. Una actitud que abre la vía de la liberación del deseo, por lo que las obras surrealistas deben ser miradas tanto hacia dentro como hacia fuera.

EL FIN DEL NAZISMO

La película LORE, dirigida y escrita por la realizadora australiana, Cate Shortland se ambienta en la Alemania de 1945 cuando las tropas aliadas ocupan el territorio y se basa en la novela, The Dark Room, de Rachel Seiffert. Por aquel tiempo, el suicidio de Hitler en el búnker de Berlin en la primavera de ese año pone fin al Tercer Reich y a la Segunda Guerra Mundial. Tras este hecho se produce un caos en el territorio ocupado y se impone el toque de queda para controlar el orden y detener a los responsables del régimen criminal. Uno de ellos, un oficial de las SS, es el padre de Lore, que traslada a la familia al campo para ponerla a salvo. Antes, destruye cualquier documento comprometedor de la represión contra los judíos y acopia todos los objetos de valor para poder subsistir.
El argumento da entender que tanto el padre como la madre son detenidos por ser prominentes nazis. Queda Lore, la hija mayor, como responsable de sus cuatro hermanos, entre ellos un bebé, para iniciar un penoso viaje hacia Hamburgo donde vive la abuela. Hasta llegar allí conocerá, por una parte, las consecuencias de la guerra en la población. Destrucción de pueblos, empobrecimiento y hambre, asesinatos y abusos sexuales de las mujeres, que son violadas sistemáticamente como botín de guerra. Tomará conciencia, por otra parte, del grado de criminalidad que tenían las ideas nazis y que había hecho suyas. La contradicción entre la forma de vida acomodada que llevaba ella y su familia, y el ensañamiento y la violencia racista contra otros seres humanos.


La directora cuenta este periplo dramático con un estilo intimista e indirecto, donde el espectador debe descubrir las claves esenciales del relato, el proceso psicológico que vive la protagonista, a través de primeros planos y planos detalle, combinados con grandes planos generales del paisaje, a los que dota de gran sensibilidad. Un proceso desgarrador en el que descubre que el padre tiene responsabilidades en el genocidio judío según las fotografías que pegan los soldados norteamericanos en las paredes para que la población conozca la verdad.
Un pasado y una ideología que tiene que olvidar y enterrar cuando oculta su retrato bajo la tierra, y se hace ayudar por un joven judío, que se hace llamar Thomas, ante las dificultades de todo tipo del viaje. Aprenderá a repetarle y a comprender la igualdad entre los seres humanos, sobre todo enfrentados a condiciones extremas de supervivencia, en la que unos son desposeidos por otros de lo más elemental que les hace parecer superiores cuando no lo son en realidad.

LA PINTURA DE LOS MACCHIAIOLI

Aguadoras de Livorno, Giovanni Fattori, 1865
La fundación Mapfre organiza la exposición, MACCHIAIOLI. REALISMO IMPRESIONISTA EN ITALIA, que reune un conjunto amplio de pinturas con un estilo propio que surgió a mediados  del siglo XIX en Florencia. Fueron conocidos como los manchistas o macchiaioli, un nombre peyorativo que alude a la forma particular de pintar, que no es sino una práctica innovadora frente al academicismo imperante. Persiguen alcanzar un arte nuevo, más verdadero, empleando la pintura al aire libre, que les emparenta con la Escuela de Barbizon francesa, pero más radicales en su concepción técnica. De esta manera, poseen una visión del paisaje toscano construido con fuertes contrastes lumínicos en paralelo a una síntesis geométrica de las formas. El artista organiza las mismas a través de manchas de color distribuidas en el espacio según las lineas resultantes de la mayor o menor intensidad del tono cromático. Esto les llevó a adelantarse a las premisas del movimiento impresionista.

Diego Martelli con gorro rojo, Federico Zandomeneghi, 1879
Los artistas italianos simplifican la visión de lo real, un objetivo que no tiene el mismo sentido social y reivindicativo que el realismo francés. Representan la vida campesina sencilla y sincera dotándola de un carácter poético y solemne por el rigor de las composiciones. Tuvieron presentes la tradición toscana de las predelas del Trecento y el Quattrocento cuando el espectador observa los formatos apaisados y los soportes de madera. Por otra parte tuvieron una  gran influencia de la fotografía, técnica que practicaron algunos de ellos. Los más importantes fueron Giovanni Fattori, Silvestro Lega, Telemaco Signorini, Giuseppe Abbati, Giovanni Boldini, Odoardo Borroni o Cristiano Banti. 

De guardia, Giovanni Fattori, 1871
Tuvieron como punto de encuentro desde 1852 el Caffé Michelangiolo donde se comprometieron no sólo con un nuevo estilo pictórico, sino también con los ideales políticos de la unificación italiana. Fueron apoyados por el crítico y mecenas, Diego Martelli, que les acogió en su hacienda de Castiglioncello. La exposición se organiza en nueve secciones, las tres primeras dedicadas al apartado paisajístico: La conquista del aire libre; Los orígenes de la Macchia y la Macchia. Otras tres a otros géneros practicados por este grupo: La unidad de Italia; el Retrato y la pintura de la intimidad. Otras dos a aspectos significativos relacionados: Mariano Fortuny y los Macchiaioli; y éstos y la fotografía. Finalmente, la sección de la cronología

La visita, Silvestro Lega, 1858
El periodo de la unificación como una nación de Italia quedó, así representado en su pintura a través de las propias experiencias personales de los artistas que participaron en las guerras. Por otra parte, tras ese periodo de patriotismo, los pintores se centraron en el retrato y en escenas de la intimidad donde aportan la espontaneidad del posado de los protagonistas y la detallada captación de los interiores domésticos. A través de Mariano Fortuny, los macchaioli, dejarán su huella en la siguiente generación de artistas españoles. Finalmente, el director de cine, Luchino Visconti, tuvo presente sus pinturas para recrear las imágenes de época en las películas, Senso y El Gatopardo.

LA EXPERIENCIA DE LA ESCLAVITUD

A mediados del siglo XIX conviven en los EEUU población de color libre en el norte industrial y esclava que trabaja en las plantaciones de algodón en el sur. La película 12 AÑOS DE ESCLAVITUD dirigida por el artista y director británico, Steve McQueen, lleva a las pantallas las memorias de Solomon Northup, un documento de primera mano de aquella época con motivo del 160 aniversario de conseguir la libertad. Este personaje era un acomodado músico y artesano que vivía en Saratoga, estado de Nueva York, que fue secuestrado y vendido como esclavo en Luisiana. Llegó a ser un caso excepcional en la época, que una persona de color libre viviera la experiencia de la esclavitud, y además pudiera contarlo.
Nada mejor para mostrar cuál fue la verdadera dimensión de este hecho histórico que el testimonio de una persona que lo padeció en sus propias carnes, y sufrió, y vio cómo sometían a las más bárbaras torturas a mujeres y hombres por la sola circunstancia de tener unos rasgos físicos diferentes. El protagonista destacaba porque sabía leer y escribir, tocaba un instrumento musical, el violín, y demostraba, por su origen y preparación, una inteligencia superior a la de sus amos. Éstos tenían o se servían de personas caracterizadas por comportamientos deleznables y degradados con los semejantes. Practicaban la violencia a diario y se aprovechaban de la falta de libertad de una población que deberia tener los mismos derechos que ellos.
Estos terratenientes, que decían actuar en nombre de Dios, e increpados por Solomon, que les criticaba vivir en pecado, no consideraban a los esclavos negros como seres humanos, sino como animales de su propiedad, como afirma el personaje llamado, Edwin Epps, interpretado por el actor Michael Fassbender, que tenía una especial fijación con una esclava joven, que sufría la violencia de éste, y de su mujer, celosa por la relación impropia que tenía su marido con ella. Solomon lograría escapar de este mundo infernal gracias a que pudo contactar con sus amigos en el norte gracias a una persona interpuesta que les llevó una carta comunicándoles la situación que padecía.
Una vez conseguida la libertad se convertiría en un ferviente luchador contra la esclavitud. Antes intentó conseguir que tanto el amo de la plantación y sus secuestradores fueran juzgados por los crímenes cometidos, pero la justicia no le dio la razón. Era demasiado pronto para que las leyes reconociesen plenamente la igualdad y la no discriminación de las personas por esta cuestión.

HIJOS INTERCAMBIADOS

Podría suceder que una enfermera por algún tipo de despecho canalizase sus problemas intercambiando los bebés recién nacidos entre madres diferentes. Se produciría un problema importante para las dos familias si pasado unos años, el hospital donde aquellos bebés nacieron, comunicase a los padres que sus hijos no son tales. El problema emocional de adaptación a sus nuevos vástagos que tienen que afrontar aquellos, nos lo cuenta la película, DE TAL PADRE, TAL HIJO ( Like Father, Like Son ), escrita y dirigida por el realizador japonés, Hirokazu Kore-eda, que recibió el prestigioso Premio del Jurado en la pasada edición del Festival de Cannes. El director norteamericano Steven Spielberg que presidía el mismo, firmó un contrato para realizar un remake de la película, mostrando el interés por la historia.
La película plantea el dilema si en la relación entre padres e hijos debe prevalecer la sangre a la propia educación afectiva que proporcionan unos sobre otros, es decir, el entorno que saben crear los progenitores sobre la descendencia. El realizador se decanta por el segundo término, aunque sin menoscabar el valor determinante que tiene el primero. Así hecha una mano a las familias formadas por hijos adoptados y critica a aquellas en las que los padres biológicos no tienen una relación adecuada con éstos. 
Para ello se centra en la incidencia que tiene el error del hospital en la familia cuyo padre tiene mayor nivel de vida, una profesión relevante, que pasa la mayor parte del tiempo trabajando, que sabe educar a su supuesto hijo, dándole una buena formación, sacando lo mejor de su capacidad intelectual, pero le falta el ambiente afectivo derivado del contacto continuo. Ésto se aprecia cuando llega su hijo biológico a casa al echar en falta a unos hermanos que va a dejar de tener, las cualidades que apreciaba en el anterior padre.
Además del interés por el argumento, la película en sí destaca por las cualidades visuales, por la forma elaborada de emplear el lenguaje cinematográfico, fruto de la experiencia como director de Kore-eda. El espectador puede disfrutar de la variedad y composición de los planos, del gusto en la selección de los puntos de vista y los movimientos de la cámara, que busca, si sumamos el cuidado de las luces y los escenarios, crear un conjunto lo más bello posible.

EN BUSCA DE LA BELLEZA

A la ciudad de Roma se la conoce también como la Ciudad Eterna porque su origen se remonta a los albores de la Historia, capital de un Imperio y centro de la religión cristiana. Ha protagonizado hechos relevantes del pasado y en sus calles se conservan edificios y esculturas de los más significativos estilos artísticos que allí surgieron. En esta urbe con tan legendario pasado se desarrolla LA GRAN BELLEZA ( La grande bellezza ), realizada y escrita por el director italiano Paolo Sorrentino, que ha recibido cuatro Premios del Cine Europeo, incluyendo Mejor película y director. Galardones merecidos para un argumento centrado en el personaje protagonista del afamado periodista, Jep Gambardella, escritor frustrado de una única novela de juventud. Vive cómodamente en un moderno apartamento con una terraza con vistas al Coliseo. Tiene una intensa vida social que desarrolla con un grupo de amigos con los que asiste a numerosas fiestas.
Disfruta de una auténtica dolce vita nocturna con una clara inspiración de la película de Fellini, por la temática y por la selección de los actores. Ha entablado relación íntima con numerosas mujeres, pero este verdadero dandi, le obsesiona el recuerdo de su primer amor de juventud frente al mar. Como acaba de cumplir años e ir camino de la vejez se embarca en una atractiva reflexión visual sobre el sentido de su existencia, y en el contacto con los amigos, la visita a numerosas fiestas y exposiciones artísticas de Roma, confiesa que el objetivo de la misma es la búsqueda de la gran belleza, de ahí el título, que nunca ha encontrado. Muestra los atractivos del arte antiguo y moderno de la ciudad de Roma y el papel relevante de la Iglesia católica a la que critica veladamente su ostentación, mientras exalta la autenticidad de la pobreza.
El protagonista aparece ante el espectador desencantado con la vida con una actitud cínica ante lo que le rodea, que él considera una comedia de la nada, en la que la realidad humana se muestra en toda se crudeza. A él le gustaría volver a escribir sobre ella como hizo en su juventud, pero como le pasó al escritor francés Gustave Flaubert, su pretensión no se concretará nunca.

EL RETRATO CORTESANO DE VELÁZQUEZ

Las Meninas, Juan Bautista Martínez del Mazo, 1660
El Museo del Prado organiza la exposición, VELÁZQUEZ y la familia de Felipe IV, que muestra la actividad retratística del maestro sevillano durante los últimos once años de su vida y la manera como sus sucesores, Juan Bautista Martínez del Mazo y Juan Carreño, continuaron con el género a su muerte. Cronológicamente la exposición se extiende desde la entrada de la nueva reina Mariana de Austria en Madrid a finales del año 1649 hasta su retiro a Toledo en 1677. Constituye un pequeño conjunto de 30 obras pero muy significativo, que se organizan en seis secciones: De Roma a Madrid; Las dos primas; La infanta Margarita; Las meninas; Mazo y Carreño; Mazo y Carreño: Continuidad y renovación, y Una historia circular.

Retrato de Inocencio X, 1650, Velázquez
Las meninas o la familia de Felipe IV, obra cúlmen de la producción retratística de Velázquez y, a su vez, la obra maestra, prodigio de la técnica y de la significación de su arte, no se encuentra en las salas de la exposición, sino que hay que visitarla en la  propia del museo, aunque su influencia es muy relevante. Sin embargo, te encuentras con una réplica o un boceto de Mazo o como piensa algún investigador, del propio genio. Éste a su vuelta del segundo viaje a Italia introdujo novedades en el estilo pictórico y retratístico. Ya en Roma, según cuatro ejemplos, de los que destaca la efigie del papa Inocencio X, una réplica del autor que trajo consigo, se había vuelto más franco y comunicativo con el modelo.

Felipe IV, 1654, Velázquez
En la corte madrileña empieza de nuevo a retratar al rey, y sobre todo, a la nueva reina y a la infanta Margarita, futura esposa del emperador austriaco. De esta manera, inaugura una época en su carrera caracterizada por los modelos femeninos y por la introducción de ricos vestidos, alfombras y cortinas en los cuadros. Para ello amplia la gama cromática y la materia pictórica se hace más densa, utilizando una pincelada libre, pero certera. Por otra parte, incluye alusiones espaciales, el espacio cortesano, que luego continuaría la obra de su yerno, Juan Bautista Martínez del Mazo, o Juan Carreño de Miranda.

Felipe Próspero, 1659, Velázquez
La continuidad de la monarquía, la de la dinastía reinante, la de la política europea del imperio hispánico, vivió momentos fundamentales por aquellos años antes de la muerte de Velázquez en 1660. Del primer matrimonio del rey, solamente quedaba viva, la infanta María Teresa que contraería matrimonio con Luis XIV de Francia, el infante Felipe Próspero, el futuro heredero y la infanta Margarita, habían nacido en 1657 y 1651 respectivamente. El pintor y su taller retrataron a estos vástagos del rey con un sentido político y diplomático, por lo que, gran parte de las obras de la exposición proceden de aquellas cortes a donde fueron enviadas. Algunos ejemplos son de gran calidad en la captación del natural y el rico colorido.

Carlos II, 1680, Juan Carreño
Mariana de Austria ejerció la regencia tras la muerte de Felipe IV en 1665 hasta que Carlos II cumplió 14 años en 1675. Mazo representa a la reina enlutada con traje de monja, y a la infanta Margarita con vestidos de ricos colores. Continúa así la tendencia iniciada por el maestro, lo mismo que incorpora el espacio del Alcázar madrileño decorado con un atractivo mobiliario, espejos, pinturas y cortinajes. Los retratos de Juan Carreño de Miranda ponen fin a la exposición, sobre todo con el que representa a Carlos II como maestre de la orden del Toison de Oro de 1677, y que formó parte de la colección Harrach, el antiguo embajador del emperador en Madrid. Un retrato que muestra al rey adolescente, ataviado con un imponente traje y con la corona encima de una mesa en el Salón de los Espejos, símbolo de la monarquía absoluta hispana y del abigarrado estilo barroco.

LA VIOLENCIA EN MÉXICO

La película HELI, dirigida y escrita por el realizador, Amat Escalante, ganó el Premio al Mejor Director en la pasada edición del Festival de Cannes. Un prestigioso galardón para una historia ambientada en el México actual en el que la familia protagonista tiene que convivir entre unas circunstancias materiales humildes en un pueblo aislado, y el control ejercido por los traficantes de droga, cuya corrupción afecta a las mismas autoridades encargadas de combatirles. Constituye un retrato ensangrentado del país centroamericano, en el que las gentes tratan de salir adelante en medio del fuego cruzado que mantienen el estado y el crimen organizado.
De esta manera, Heli, el joven protagonista, recién casado y con un hijo, vive con el padre y una hermana adolescente, cuya rutina diaria se ocupa en el trabajo nocturno en una fábrica de montar coches. El problema principal vendrá cuando la menor, Estela, planifique con el novio escapar para luego casarse. Éste que es un joven cadete que se prepara para luchar contra el narcotráfico, cometerá el error de robar dos paquetes de cocaína a la banda que controla la región. Además la esconde en la casa de su joven pareja. Las consecuencias son trágicas para la familia protagonista. El padre muere a manos del ejército, el joven cadete torturado y asesinado, a Heli le secuestran y le propinan una fuerte paliza, y Estela es igualmente secuestrada y a su vez, forzada.
Al final, la calma o el difícil equilibrio tras estos hechos, llega a los protagonistas, que tienen que afrontar el día a día con el lastre de la violencia ejercida contra ellos o contra otros. Los narcotraficantes ajustan cuentas con los que se dejaron robar por un insignificante cadete para no dejar rastro que pudiese alcanzarles. El estado trata de gobernar, compensar y ayudar a las víctimas inocentes. El director da forma a este planteamiento argumental con un estilo naturalista, que muestra objetivo al espectador. Las imágenes se suceden con un ritmo pausado e implacable donde convive la rutina del trabajo honesto y el ocio, con la violencia del crimen o de la venganza. Decir que el argumento se resuelve desde la privacidad de los protagonistas hasta en público, a nivel comarcal, supone, en este sentido, afirmar, que la violencia se extiende desde en interior de la convivencia familiar hasta la organización política y social, en la que el paisaje árido en una metáfora y un complemento de la dura realidad.

LOS PROBLEMAS DE JASMINE

Woody Allen escribe y dirige, BLUE JASMINE, centrada en la historia de una mujer de la alta sociedad, que ve como su vida cambia radicalmente cuando el marido acaba en la cárcel y se suicida por estafa financiera. Tiene que dejar la lujosa vida de Nueva York y trasladarse a San Francisco para vivir con la hermana en un pequeño apartamento mientras encuentra trabajo. Llega a la ciudad de la costa oeste sin asimilar las nuevas circunstancias. Ella llevaba en su genes la condición de ser una persona selecta, una flor singular, destinada a disfrutar de las mejores joyas y de lujosas viviendas. Ahora tiene que beber y tomar antidepresivos para poder afrontar los problemas que tiene.
Jasmine, en una intensa interpretación de la actriz, Cate Blanchett, vive una tragicomedia que la película expone mostrando en forma de flash back, los antecedentes de la situación que provocan las desdichas continuas en la nueva ciudad. Influye de tal modo en la hermana de condición modesta, ahora divorciada con dos hijos, que causan una crisis entre ella y su futura pareja al criticar lo inadecuado de su condición. Ya le había perjudicado al favorecer la ruina del antiguo marido. Ella apenas puede salir adelante. Se muestra dubitativa ante cualquier decisión por la falta de formación individual para poder valerse por sí misma. Sin embargo, si el pasado le sirve para tratar a hombres de elevada condición social, le produce un lastre porque tiene que ocultarlo con mentiras que le impiden acceder de nuevo a ella.
Woody Allen juega con los contrastes de niveles sociales, entre la clase alta y la obrera; con la posibilidad de descenso o ascenso, que resulta verdaderamente difícil; con la asociación de la condición humana a un determinado estatus material, cuando ello depende que tengas éxito en los negocios, un buen trabajo o te toque la lotería. También, el director, más que en el argumento de una persona que ha venido a menos por las estafas del marido y las infidelidades, se ocupa de la vivencia emocional de una mujer que al final se ha enfrentado y ha roto con un mundo que creía propio, el de la flor única, ahora marchitada. Apuesta, en definitiva, por la idea que el nivel de felicidad es la meta a la que se debe aspirar, independiente de las condiciones de riqueza con ella asociadas.

ESPAÑA A TRAVÉS DE LA FOTOGRAFÍA

Bailarina española, 1850, daguerrotipo
 La exposición titulada, ESPAÑA CONTEMPORÁNEA. FOTOGRAFÍA, PINTURA Y MODA, que organiza la Fundación Mapfre de Madrid, muestra un conjunto principalmente de imágenes fotográficas que recorren la historia de España en los dos últimos siglos. Desde el primer daguerrotipo realizado en el país tomado en Barcelona el 10 de noviembre de 1839 hasta la imagen de campeones del Mundial de fútbol, captada en 2010. Reune fotografías que relatan los hechos históricos más relevantes de los siglos XIX y XX, pero también una historia en minúsculas, la de las relaciones sociales, la de lo cotidiano y los recuerdos. Hay, por tanto, una historia determinada por la evolución política y económica, y otra, de las transformaciones sociales, que afectan especialmente a la evolución del traje femenino, a través de una treintena de ejemplos, donde cambia la silueta de la mujer en sintonía con los cambios de mentalidad.

Encarnita Alcaráz, bailarina, 1925, José Diaz Casariego

La exposición se organiza en nueve secciones: Espejos con memoria; Transformaciones y estereotipos; La mujer se libera; El nuevo siglo; Hacia la modernidad; La Guerra Civil; Tiempo de silencio y autarquía; La emergencia de la clase media; y Demócratas y europeos. En todas ellas el recorrido combina los ejemplos fotográficos, la moda y alguna pintura de la época, y destaca en primer lugar la segunda, muy completa, que incluye imágenes, desde la reina Isabel II, hasta retratos de bandoleros detenidos, junto aquellas provenientes de las expediciones científicas al continente americano. La historia del país sigue el mismo desarrollo que el producido en el continente europeo hacia mayor desarrollo industrial y progreso material, a un ritmo diferente, que queda reflejado en los distintos acontecimientos culturales y políticos.

La muerte de un miliciano, Robert Capa, 1936

La exposición dirige la atención a su vez a la historia de la fotografía en España y de las técnicas empleadas. Tal vez uno de los aspectos más interesantes. Así, el visitante puede comprobar originales antiguos de daguerrotipos, de los primeros fotógrafos españoles y de los extranjeros que llegaron al país, como Laurent, anónimos, y autores, todavía no suficientemente estudiados. Observará ejemplos de auténticos profesionales y el resultado de la fotografía amateur creada a partir de las primeras cámaras comercializadas por Kodak. Encontraremos obras emblemáticas de Marín, Alfonso, Ortiz Echagüe, Brangulí, Bartolomé Ros, José Val de Omar, Santos Yubero, Robert Capa, Luis Escobar, Agustí Centelles, Catalá Roca, Cesar Lucas o de Virgilio Vieitez, algunas vintage, como la famosa del miliciano muerto de la que no se ha descubierto el negativo original, y otras copias impresas en tinta actuales, de gran calidad siguiendo a los originales conservados en archivos y colecciones.

Vivir en Madrid, Casa de Campo, 1967, Francisco Ontañón

Existen abundantes fotografías anónimas, algunas famosas que han captado acontecimientos históricos, otras simplemente formando álbunes familiares, especialmente de la década de los cuarenta y cincuenta, la primera vez que se incluyen en una exposición, seguramente tomadas por los mismos protagonistas. A causa del desarrollo de los medios de comunicación, la muestra incluye en las secciones finales, una proyección de fragmentos del NO-DO, otra de los anuncios de televisión, un recopilatorio de programas de radio, hasta llegar al último espacio en la que se proyectan simultaneamente fotografías como corresponde a nuestra época en la que se vive un auténtico bombardeo de imágenes que narran la actualidad.


CHRIS KILLIP TRABAJO/WORK

Joven en un muro, Jurrow, Tyneside, 1976
El Museo Reina Sofía organiza una exposición titulada, CHRIS KILLIP Trabajo/Work, dedicada a la obra de los años 70 y 80, principalmente, de este fotógrafo inglés nacido en la Isla de Man. Un conjunto amplio de fotografías divididas en varias secciones, relacionadas con los libros que ha publicado: Isla de Man, Costa, Retratos, Skinningrove, Pirelli, Irlanda...Pertenece al género de la fotografía documental independiente, centrada en el norte de Inglaterra, una tierra donde al comienzo de la Revolución Industrial llegaron gentes procedentes del campo y emigrantes irlandeses para trabajar en la industria siderúrgica y en las minas. Desarrolla un trabajo concienzudo de captar imágenes de las gentes en los paisajes urbanos y naturales, ocupadas en las labores cotidianas, en las casas deterioradas por el proceso desindustrial que vivió la zona en tiempos de Margaret Thatcher .

Viviendas y mina de carbón, Castleford, Yorkshire, 1976

El fotógrafo entró en contacto con las personas, con las familias de las que se hizo amigo a lo largo de quince años. De esta manera, con gran empatía a diferencia del maestro, Walker Evans, uno de sus referentes, captó con familiaridad, el día a día de las personas en las zonas empobrecidas del norte por la reconversión industrial. Renunció a la fotografía comercial o publicitaria en Londres para desarrollar su carrera de manera comprometida socialmente sin olvidar la pretensión artística, como nos cuenta en uno de los vídeos que el visitante puede ver en la exposición comentando algunas de sus obras de la región de Skinningrove. 

Jóvenes en Skinningrove
En ellas tiene presente la historia económica del lugar; la amistad con una familia y un grupo de personas que le permiten fotografiar con naturalidad; la convivencia con ellas; la dureza de la vida en un sitio deteriorado por la crisis económica; las muertes causadas por el mar embravecido; la belleza, a pesar de todo, de la luz del Mar del Norte; los jóvenes influenciados por la música punk; la lucha de este pueblo frente a los especuladores que los quieren echar. Aunque las fotografías no apoyan una opción política, él se educó en un entorno de raíz socialista y se inclina personalmente hacia la izquierda.

Viviendas, Tyneside, 1975-1981
 Desde 1991 ha estado centrado en su trabajo docente en la Universidad de Harvard y en difundir aquella obra que nunca llegó a publicar. Igualmente, ha empleado la técnica del color en las fotos que realizó en Irlanda, centrada en los peregrinos, elaboradas en pequeño formato a semejanza de un álbum y que se pueden ver en la exposición. Chris Killip, ademásde por su obra contribuyó a modelar la cultura fotográfica de los años 70 y 80 con sus iniciativas como comisario en múltiples exposiciones y cofundador y director de una galería de arte en Newcastle. Iniciativas que se encuadran en la importancia de Gran Bretaña como país pionero en el apoyo de la fotografía documental independiente y en la nueva definición del género.

ATRACCIÓN FATAL

STOCKHOLM, dirigida y escrita por Rodrigo Sorogoyen junto a Isabel Peña, recibió los premios al mejor director, mejor actriz y mejor guion novel en el Festival de Málaga. Merecidos premios para una producción original en el cine español, cuyo bajo presupuesto, sin recibir ayuda pública, se ha obtenido a través de micromecenazgo. La productora, Caballo Films, a falta de dinero para la promoción y ante la subida del IVA, decidió que en dos cines de Valencia la película se mantuviera con una entrada de 4,99 euros, aunque el reclamo no ha llegado a cuajar. Cuenta una historia sencilla dividida en dos episodios en un corto espacio de tiempo, una noche y la mañana siguiente. Un joven conoce a un grupo de amigas en una fiesta entre las que destaca una chica en la cual se fija especialmente. Cuando ella decide irse a casa antes de terminar la juerga, le sigue por la calle hasta lograr convencerla que suba a su casa. Se confiesa enamorado al primer instante. La chica no quiere ir más allá que tomarse una copa y charlar, pero el joven, le presiona hasta el punto que acaban acostándose juntos.


A la mañana siguiente, en una segunda parte, la chica quiere prolongar la relación, pero el chico tiene prisa y le obliga a abandonar la casa. Ella se niega porque está harta de que tenga que hacer lo que otros quieren. Entonces se produce una fuerte discusión con una cierta violencia. Cuando las cosas parecen calmadas y el chico decide continuar el día a su lado en un final justo que salve un encuentro fortuito que se les había ido de las manos, sucede el trágico suceso que da por término a la película. Una historia que alude al famoso síndrome que se encuentra en las personas secuestradas que se identifican con el que les priva de libertad, en este caso, el joven, interpretado por el actor Javier Pereira que coarta la capacidad de decisión de la chica, en una magnífica actuación de la actriz, Aura Garrido.


El guion y el argumento en consecuencia, se sostienen en base al continuo diálogo afilado de los personajes, no de la acción misma, a la manera teatral, donde la situación apenas cambia, las calles de Madrid vacías a la madrugada, y el piso del joven al día siguiente. Destaca el proceso psicológico de ambos, uno que intenta seducir y secuestrar la voluntad, y otro desenvolverse, salir al paso y revertir a su favor la acción. El espectador descubre que la chica tiene problemas psicológicos que el joven apenas puede entrever lo que explica el triste final. En este tour de force el espectador debe posicionarse ante las posibilidades que ofrecen cada uno de los personajes en el diálogo, de las opciones que surgen de hacer y sentir en cada uno de los momentos. La narración, por tanto, tendría un desarrollo lógico que sostiene la evolución temporal, y una apertura interpretativa que ofrece el comportamiento dialogado de los personajes ante hechos que podrían llevar a cabo los mismos. Todo un estímulo para atraer y hacer pensar al espectador, durante y después del visionado de la película.

ENCUENTRO CON JOHN LENNON

España a mediados de la década de los sesenta, donde está ambientada la película, vivía con los ojos cerrados por el autoritarismo de la dictadura franquista y la tutela que ejercía sobre el pueblo. Por una parte, pervivían los recuerdos y rencores de la Guerra Civil, por otro, se experimentaba una progresiva necesidad de cambio, de mayor libertad, sobre todo en las generaciones más jóvenes, fruto de las influencias que llegaban de fuera. Los turistas extranjeros poblaban cada vez más nuestras costas; las multinacionales se establecían en el país, y el desierto de Almería, se convertía en un gran plató cinematográfico. Así, no es de estrañar, que un profesor joven de inglés, en un colegio de curas de Albacete, enseñara la lengua extranjera a partir de las canciones de los Beatles, conjunto musical del que era fan. Sin embargo, esas canciones que escuchaba a partir de los discos o en la radio, no las entendía del todo bien. Por esta razón, se propuso visitar a John Lennon que participaba en el rodaje de la película, Cómo gané la guerra, de Richard Lester.
La película, VIVIR ES FÁCIL CON LOS OJOS CERRADOS, escrita y dirigida por David Trueba, se basa en este hecho real, en las peripecias del viaje y en la forma que tuvo para lograr hablar, aunque fuera por un corto periodo de tiempo con su gran ídolo. En el trayecto hacia el sur entabla amistad con dos jóvenes con problemas, una chica embarazada que huye de una casa de acogida, y un chico que se había escapado por diferencias con su padre policía. El conjunto es un retrato de un país atrasado social y económicamente, una dictadura que abarca desde la política, hasta las costumbres diarias de las gentes, muchas de ellas sin estudios y viviendo en la pobreza. En él se enfrenta la España oficial, la de la televisión en blanco y negro y del ordeno y mando, con la de los ciudadanos que aspiran a parecerse a otros europeos, especialmente jóvenes que se divierten con la música moderna y practican la libertad de costumbres.
El resultado es una emotiva película en la que se junta el drama y la comedia, convertida en una road movie, en la que destaca la autentícidad y agudeza de los diálogos, de unos personajes muy reales y bien interpretados por los actores seleccionados, Francesc Colomer como Juanjo, Natalia de Molina como Belén, y sobre todo, Javier Cámara como Antonio, el profesor progresista de inglés en uno de sus mejores actuaciones. Llegan a los sentimientos del espectador por la gran sencillez y calidez, así como por el tratamiento formal de las imágenes, que expresan un pasado por fortuna desaparecido, pero del que se añora la experiencia vital irrepetible.
Al final, Antonio consigue estar un rato en la caravana de John Lennon, que le invita a consumir té y marihuana. Además consigue que le corriga las canciones de los Beatles que él había transcrito a oído y le graba, en un magnetófono una canción que hoy es uno de sus grandes éxitos y que compuso en ese momento, Strawberry Fields Forever, en la que habla de sus recuerdos de la infancia. Unos recuerdos que son también de los personajes, tal vez del propio guionista de la película y de los espectadores que añoran un pasado intimo. Por otra parte, el profesor logró el propósito de que todos los discos de los Beatles a partir de ese año incluyeran las letras de las canciones.

VENGANZA EN BANGKOK

La película, SOLO DIOS PERDONA, escrita y dirigida por el danés, Nicolas Winding Refn, cuenta una serie de venganzas encadenadas iniciadas tras el asesinato de una prostituta adolescente sobre uno de los cabecillas de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas y los combates de boxeo, inducida por un policía, cuyos métodos de justicia son el ojo por ojo y la tortura. La cadena de venganzas la estimula y continúa la madre de aquel cabecilla que trata de vengar la muerte de su hijo favorito. De esta manera se inicia un conjunto de escenas de acción y asesinato violento, que culminan con la amputación de las dos manos del protagonista, Julian, el otro hijo, frente al afán de castigo del policía torturador, al salvar la vida de la hija pequeña de éste a manos de un sicario.
En la narración cinematográfica se valora sobre todo el suceso violento y sangriento convertidos en objetivo estético, que afecta a cada uno de los personajes situados en los bajos fondos del Lejano Oriente. Los diálogos son parcos frente al silencio y la mirada de los personajes, característica que le va muy bien a Julian, interpretado por el actor, Ryan Gosling, que muestra la misma manera de actuar que en la película Drive, realizada por idéntico director, del que se ha convertido en el actor favorito. También resulta adecuado este rasgo al personaje del policía vengador, Chang, interpretado por el desconocido Vithaya Pansringarm. Una aspecto que está en relación con la forma de expresión visual y argumental de la película en la que interesa más la estilización o expresión de la realidad, a que esta misma se adecue a un planteamiento exclusivamente racional, localizado en el espacio y en el tiempo.
El espectador se enfrenta a una película de género negro, mezclada con el gusto exótico de las artes marciales, con ciertos parecidos al estilo cinematográfico de Tarantino en Kill Bill. Predomina, por tanto, la forma, el entretenimiento sofisticado sobre cualquier planteamiento realista que se propusiese tratar los problemas de fondo causados por la marginalidad, más bien, el abordar un mundo hasta cierto punto irreal, donde la venganza es el procedimiento habitual, y la justicia, a la manera antigua, no se diferencia de aquella, sino en quien la ejerce.

EL ARTE DE WILLIAM CHRISTENBERRY

Sprott Church, W. Christenberry, 1977
La Fundación Mapfre organiza una exposición retrospectiva del artista norteamericano, WILLIAM CHRISTENBERRY, que reune más de trescientas fotografías, en su mayoría vintage, realizadas entre 1961 y 2007. Nacido en Tuscaloosa, Alabama, en 1936, captó con su pequeña cámara Brownie, los parajes del Sur rural norteamericano que le vieron nacer, porque gran parte de su obra fotográfica tiene su origen en los viajes que anualmente realizaba al condado de Hale para documentar los escenarios de su infancia y juventud. Una época en la que estudió arte en la Universidad de Alabama, actividad que nunca abandonaría. La manera que tiene Christenberry de entenderla se encuentra vinculada con la propia experiencia vital y a un conjunto de historias que constituyen su memoria personal.


El pasado histórico del sur definen su personalidad artística como fotógrafo. No representa la figura humana salvo de forma casual. Le interesa especialmente captar el paso del tiempo por aquellos lugares que siempre conoció, y por otros con los que se encuentra por casualidad. Los lugares donde él vivió de pequeño; las tumbas del cementerio de Stewar; un campo de batalla de la Guerra de Secesión; tiendas y casas de madera abandonadas, deterioradas por el transcurso de los años. De esta manera, buena parte de la muestra la constituyen sus series, que reflejan procesos de envejecimiento y transformación: Palmist Building, The Underground Nite Club, Storefront, The Bar-B-Q Inn, Coleman´s Cafe, Red Building in Forest, Green Warehouse, House and Car o Sprott Church. Desde la primera fotografía en los años setenta a la última, te encuentras a veces que el edificio, o es un montón de escombros, o ha desaparecido, representando la imagen el espacio vacío. La arquitectura en madera antigua le interesa por su valor escultórico unida al sentimental del recuerdo personal vivido. Por ello la exposición incluye maquetas realizadas por el artista de aquellos edificios significativos.


En lo mismo se fija cuando representa las fachadas de la ciudad, la degradación de los edificios, la transformación de los muros, en los que destaca, su interés por los letreros publicitarios, que llenaban sin orden las superficies construidas. La mayoría de ellos se encuentran muy deteriorados por lo que adquieren mayor atractivo. Un grupo los puede ver el visitante de la exposición porque él llegará a coleccionarlos. En los mismos valora la incidencia de la luz y el color a través del tiempo. La publicidad de la marca Coca-Cola sobresale frente a las demás.


 En el viaje anual al sur, captó igualmente con la cámara objetos que él encuentra de forma fortuita: ruedas de coches, calabazas para servir de nido a las golondrinas o carteles informativos, de los que le atraen sus formas en el paisaje, la contradicción entre la huella humana y la naturaleza humilde. Este paisaje, por tanto no es el espectacular del romanticismo, sino el común de las gentes. La sociedad religiosa y la segregación racial del sur, fruto del pasado esclavista de la zona, planea y le influye al artista, hasta el punto, que él como testigo de la lucha por los derechos civiles, creó desde 1962, The Klan Room, una acumulación de fotografías y objetos relacionados con este grupo violento y racista. La exposición dedica un espacio a parte a los mismos. 

Do you believe in Jesus. I do, Misisipi, 1966

Por tanto, Christenberry aporta a la historia de la fotografía la representación de un mundo propio, una visión del sur norteamericano con su problemática. Por otra parte, un estilo individual que arranca de la experiencia desarrollada por James Agee y Walker Evans en el libro, Let us now Praise Famous Men, una de sus influencias decisivas, para crear una actitud pionera en la fotografía artística, por la utilización del color frente al blanco y negro, y las características de la fotografía amateur: el revelado industrial, el pequeño formato y los colores saturados y brillantes. Constituye, así, un ejemplo para aquellos artistas de la fotografía que quieran partir de la realidad cotidiana, para aquellos aficionados o al gran público que deseen conferir una intencionalidad especial a su práctica con la imagen.

LOS DERECHOS CIVILES EN EEUU

La película EL MAYORDOMO (The Butler), escrita y dirigida por el norteamericano, Lee Daniels, se basa en la historia real de Eugene Allen, mayordomo de ocho presidentes de EEUU. Comienza cuando ya es un anciano de 89 años y espera ser recibido por Barack Obama, el primer presidente negro. Desde ese momento cuenta su vida, la de su familia y la experiencia como servidor de los presidentes norteamericanos entre las décadas de 1950 y de 1980. Tuvo un origen humilde como hijo de jornaleros negros semiesclavos en una plantación del sur, donde fue testigo de la violación de su madre y del asesinato del padre por el dueño. Llegó a entrar en la Casa Blanca cuando el jefe del servicio se fijó en él cuando contestaba con prudencia las comprometidas preguntas que le hacían los políticos que tomaban una copa en el bar de un hotel de Washington donde trabajaba.
Este personaje real, que en la película tiene el nombre de Cecil Gaines, va a ser testigo desde el despacho oval de la lucha de las personas de color en EEUU por conseguir iguales derechos que los blancos, no ser segregadas en los lugares públicos y tener el mismo acceso a la educación. Un hijo suyo, se comprometerá especialmente en esa lucha. que le costará ser encarcelado hasta conseguir ser un candidato al Congreso por el partido Demócrata. Llegará a intimar con cada uno de los presidentes y sus familias de los que destaca los rasgos personales. Sufrió especialmente la muerte de su admirado John F. Kennedy, del que conservó una de sus corbatas, regalo de su mujer, por el interés mostrado hacia ella en el tiempo posterior al magnicidio, cuando se negaba a quitarse las ropas manchadas de sangre, una de las escenas más emotivas.
Fue testigo de la Guerra del Vietnam donde murió uno de sus dos hijos, también de la muerte de Martin Luther King, a quien acompañaba otro de ellos. Se retiró cuando gobernaba el presidente Ronald Reagan cuya consorte, Nancy, le invitó a una fiesta en la Casa Blanca, otra de las escenas mas destacadas de la película en la que es servido por sus propios compañeros, y del que recibe la confesión de que su política hacia el apartheid de Sudáfrica es equivocada. Toda la película se refiere, así, a la consecución progresiva con enormes dificultades de la igualdad de derechos civiles entre blancos y negros en EEUU y en el resto del mundo. Vista por un lado, desde la perspectiva moderada, silenciosa o prudente, representada por el mayordomo protagonista, y por otro, desde la más radical protagonizada por su hijo mayor, direcciones que confluyen al final, al admitir el primero un cierto error por distanciarse de su hijo, de la necesidad de la lucha constante por la igualdad. La victoria del presidente Barack Obama sería el cúlmen de ese proceso, y el mayordomo, interpretado por el actor, Forest Whitaker, símbolo o testigo de las aportaciones de sus predecesores en el cargo, especiamente de los mandatarios demócratas, Kennedy y Johnson.

RETRATO DE UN CRIMINAL NAZI

La directora argentina Lucía Puenzo dirige y escribe la película EL MÉDICO ALEMÁN. WAKOLDA, basándose en una novela suya. Se ambienta en los años sesenta, la época en la que los servicios secretos israelíes apresaron al dirigente nazi, Eichman para juzgarlo, y perseguían a otro más famoso por sus experimentos criminales con judíos en los campos de exterminio, Josef Mengele. Éste nunca fue encontrado ni detenido, aunque parece que su pista desapareció en Sudamérica y tal vez murió en Brasil a mediados de los años setenta. La película cuenta un supuesto capítulo en su huida constante. Comienza cuando un médico, que se hace llamar Helman, se dirige a Bariloche. Allí hay una importante colonia alemana desde los años treinta, un importante reducto nazi, compuesto por un colegio y un hospital, situados en un paisaje idílico, que recuerda las montañas centroeuropeas.
En el viaje entabla amistad con una familia que se dirige al mismo lugar de la Patagonia, especialmente con su hija de doce años, una de las protagonistas, pues el relato está contado en cierto modo desde su perspectiva a modo de flash back. La madre se educó en el colegio alemán y habla el idioma. El médico, que dice ser también veterinario, descubre que la niña sufre un retraso en el crecimiento y en el desarrollo corporal. Nació de forma prematura y siempre fue enfermiza. Igualmente, la madre está embarazada de gemelos. La familia pretende abrir la antigua hospedería de sus antepasados. El criminal nazi que busca refugio sin llamar la atención incluso en la solitaria región, les adelanta dinero para su apertura y establecer allí su residencia. Lo mismo para impulsar la actividad artesanal del padre, el diseño y reparación de muñecas. El subtítulo de la película se debe al nombre de una muñeca, la preferida de la protagonista.
Sin embargo, Helman, el médico solitario, pues el nombre de Mengele no se nombra en toda la película, no puede estar ni un momento sin practicar sus investigaciones. De hecho en el pueblo le tienen preparado un laboratorio. A la joven protagonista, Lilith, le prescribe, a espaldas del padre un tratamiento hormonal para impulsar el desarrollo corporal, que le provocará una alergia y fiebre. A la madre, le proporcionará vitaminas para llevar a buen fin el embarazo. Cuando el padre descubre lo que está haciendo con su hija le obliga a marcharse, pero las circunstancias se precipitan. La madre tiene un parto prematuro y Mengele decide ayudarlos para salvarles la vida, mientras sigue con sus perversas investigaciones. Es el momento en el que los medios de comunicación argentinos anuncian el apresamiento de Eichman y los israelíes que la caza continúa. El grupo nazi de Bariloche decide entonces sacar del país al médico con una nueva identidad. En él se había infiltrado una agente hebrea que se hacía pasar por fotógrafa que había comunicado su paradero.
Sobresale en la película la forma alusiva, no directa, que tiene la directora de contar la historia, donde el transfondo real del pensamiento nazi de Mengele y los hechos fundamentales del relato los descubre el espectador a través de pequeños detalles, de breves palabras y de cortos diálogos, como el escaso equipaje que porta compuesto por una maletín de médico, una pistola y una navaja automática con un emblema nacionalsocialista grabado. A través sobre todo de su diario donde dibuja y anota los datos de las investigaciones de las que forman parte los miembros de la familia que le acoge. 
El contraste entre la personalidad del genocida y la de la niña, delimita la propia perspectiva, el tratamiento de la película. Queda claro, por tanto, la obsesión del médico, por la pureza racial en la búsqueda de la perfección biológica o física para lograr una especie de superhombre, en el que confunde, por la ideología criminal, la condición humana con la animal. Brilla en el relato la metáfora de la muñeca que alude a esta pretensión, a la manipulación en serie de los cuerpos en los campos de exterminio, a la tranformación física de la protagonista para convertirse en una mujer adolescente.

LA FOTOGRAFÍA DE CATALÀ-ROCA

Señoritas paseando por la Gran Vía, Catalá-Roca, 1959
El Círculo de Bellas Artes de Madrid organiza una relevante exposición de fotografía titulada, CATALÀ-ROCA, OBRAS MAESTRAS, que reune 150 originales en blanco y negro de la obra de este importante profesional de la imagen documental en España. Centradas en los años cincuenta principalmente, el visitante puede contemplar las fotografías que le han dado fama. Sobre todo aquellas ambientadas en la ciudad de Madrid y Barcelona, es decir, en sus calles principales como la Gran Vía y las Ramblas. Capta con su cámara un tiempo del pasado, el de la dictadura franquista, que se muestra mejor en el blanco y negro de las imágenes, pero no alude directamente al régimen que privó de libertades al país, sino a sus gentes que sufrieron el atraso económico y social.

Gitanilla, Barcelona, 1950
Viajó mucho por España y eso se nota en las imágenes que retratan los pueblos castellanos sumidos en la pobreza de la posguerra. Las casas humildes y las gentes vistiendo auténticos harapos, dedicadas a las labores del campo. La vida en las ciudades parece distinta con mayor lujo, aunque con fuertes contrastes entre las personas que muestran sus mejores galas por el centro de las mismas y aquellos emigrantes que empiezan a llegar a ellas. Fue el mejor fotógrafo de la llamada Escuela de Barcelona en la que destacaba igualmente Oriol Maspons. Conoció a la intelectualidad y los artistas más relevantes de la época como Salvador Dalí, Antoni Tápies y especialmente a Miró, al que retrató junto a su obra en numerosas ocasiones.

Francesc Català-Roca se consideraba ante todo un fotógrafo que disparaba su cámara con el corazón después de encontrar los elementos esenciales que le interesaban de la realidad, el instante significativo, no el más complejo. Cualquier aficionado a la fotografía podrá descubrir un auténtico maestro en el manejo de la luz y la composición. Esta aparece lo mas cuidada posible desde diferentes ángulos, tanto desde una perspectiva picada como contrapicada. Algunas imágenes han sido realizadas casi a ras de suelo. La improvisación del disparo no disminuye la calidad compositiva por la mirada excepcional que poseía. Se iguala por ello a los grandes maestros franceses como Robert Doisneau y Henry Cartier-Bresson.
Gran Vía, Barcelona, 1954

Igualmente fue un gran entendido de la luz que capta con una prodigiosa técnica. Los contrastes lumínicos, sol y sombra, la complejidad que presentan en la imagen no le resultan un impedimento. Le interesan especialmente los contraluces donde la nitidez y calidad de la representación de las figuras adquiere un nuevo valor producto de la diferente intensidad lumínica. La luz del atardecer, la de la intensa niebla, la del humo industrial del extrarradio, son captadas de manera precisa para alcanzar la auténtica belleza de la fotografía.

LA BELLEZA ENCERRADA

El Archiduque Leopoldo en su galería de pintura, D. Teniers
El Museo del Prado organiza una amplia exposición titulada LA BELLEZA ENCERRADA. De Fra Angelico a Fortuny que reúne 281 obras de sus propias colecciones con unas características especiales. Forman un conjunto compuesto por cuadros de gabinete, de devoción, bocetos preparatorios, pequeños retratos, esculturas y relieves, en general de reducido formato, la mitad de los cuales no se han visto por el público en el Prado en los últimos años. Se encontraban conservadas en los almacenes o depositadas en insitituciones. De ahí el título de la muestra, aunque en su origen tuvieron igual situación. Las obras se ordenan en 17 salas en un recorrido cronológico intenso y extenso que comienza a fines del siglo XIV y principios del siglo XV, y termina a finales del siglo XIX en España. En determinados momentos la agrupación presenta un caracter temático. El espectador puede comprobar la evolución estilística de la pintura a lo largo del tiempo y el contraste o interpretación diferente del mismo por los artistas de distinta procedencia geográfica.
Atenea Partenos, s. II, Museo del Prado

Contituye una exposición muy valiosa para el aficionado o el estudioso de la historia del arte. Para el Museo del Prado ha sido un gran esfuerzo de organización de estos fondos no expuestos habitualmente. Despierta el interés por dos razones: por la calidad de la obra conocida a nivel de entendido en pintura o escultura, o totalmente desconocida para el público en general, por la forma en la que se exponen al público. Se converva el sentido íntimo, de gabinete o devocional, de taller del pintor, que tienen. Arranca la muestra con una pequeña escultura de Atenea Partenos, copia del siglo II en marmol, símbolo de la Sabiduría y de las Artes. En las salas se juega con la perspectiva uniendo los espacios y la colocación de las piezas. Algunas de ellas se ven en pequeños receptáculos en el que el visitante tiene que estar sentado, como los frontales de las arcas representando El rapto de las sabinas de los Aspertini; otras a través de un orificio, en una cámara oscura, como el cuadro de Luis Paret de una muchacha durmiendo en una hamaca.
Muchacha durmiendo, 2ª m. s. XVIII, Luis Paret
A pesar del pequeño formato o su desconocimiento, aunque algunas siempre han sido expuestas en las salas del museo, forman un conjunto de obras maestras de diferentes géneros y de los artistas más renombrados de la historia del arte europeo. Te encuentras pintura de devoción en todas las épocas hasta incluso el siglo XIX, especialmente a finales de la Edad Media y comienzos del Renacimiento. Puedes contemplar a los grandes maestros, Fra Angelico, Mantegna, piezas de seguidores del Bosco, Gerard David, Patinir, Hans Memling, Robert Campin o Juan de Flandes. Según avanza la cronología, de Rafael, Andrea del Sarto, piezas curiosas de Guido Reni o Correggio y atractivas obras de El Greco. El paisaje, la mitología y la alegoría completan el conjunto. Un capítulo especial lo forma la obra de Rubens y la de Jan Brueghel el Viejo. Los maestros españoles de esta época brillan especialmente, Velázquez, Zurbarán  y Murillo. Éste último con los bocetos de las pinturas del hijo pródigo, junto a numerosas obras de género de David Teniers, la historia de Reinaldo y Armida, o el conjunto satírico representando escenas con monos.
Martirio de Santa Apolonia, Guido Reni, 1600
En el tránsito al siglo XVIII sobresalen cuadros y bocetos de Luca Giordano. Atraen sobremanera, ya en este siglo, dos cuadros de Jean-Antoine Watteau. La decoración del nuevo palacio real se encuentra representada por los bocetos de Giaquinto, Tiépolo, Bayeu y Rafael Mengs. El éxito del pintor Luis Paret en la época al reflejar la vida alegre y divertida de la sociedad del Antiguo Régimen las puede contemplar el visitante en algunas obras reunidas. La selección de las pinturas de Goya impacta por su extraordinaria calidad. Primero con su pequeño autorretrato, luego con pequeños bocetos para los cartones destinados a la fabricación de tapices y obras de devoción, o las geniales, La duquesa de Alba y su dueña, Vuelo de brujas, y Los cómicos ambulantes. De mediados y fines del siglo XIX, sobresalen las piezas que tienen a la mujer como protagonista, como la pintura de Vicente Palmaroli, muy reproducida, En vue, y las obras de Fortuny, sin duda las más conocidas.
La duquesa de Alba y su dueña, Goya, 1795
Destacan igualmente las pinturas de la exposición por la variedad de los soportes, tabla, lienzo, cartón, lámina de cobre, muchos de ellas, hojalata, bronce, papel, y pizarra y venturina, como una Natividad de Pietro da Cortona, lo que da idea de la esquisitez de las piezas. Sobresale, por otra parte el capítulo de los retratos y autorretratos, especialmente de artistas, como el famoso de Durero o Goya, o los no tan conocidos, de Luis Paret, Pedro Orrente, Solimena, Francisco Domingo Marqués y Alonso Sánchez Coello. Finalmente, la exposición termina con una postal de 1900 que reproduce el Retrato de Mona Lisa, situada en un cristal frente a la puerta de salida. Se alude así, a las nuevas formas de disfrutar, estudiar, difundir, y conocer el arte en el siglo XX. En este sentido esta muestra la puede visitar cualquier interesado, ya en nuestra época en el catálogo interactivo de la página web del museo.
El mono pintor, David Teniers, 1660