CULPABILIDAD SOCIAL

El actor Mads Mikkelsen recibió el Premio al mejor actor en el pasado Festival de Cannes por la interpretación del papel de Lucas en la película LA CAZA, del director, Thomas Vinterberg. Un merecido premio para el trabajo sobre un personaje que recibe la acusación de abuso sexual, primero por parte de la hija de un entrañable amigo, y en segundo lugar por la comunidad residente en un pequeño pueblo danés. Lucas es un hombre divorciado con un hijo adolescente que trabaja en el parvulario local. Posee buenos amigos de toda la vida que tienen como principal afición la caza de venados en los bosques, trasmitida de padres a hijos. La rutina del trabajo y ocio campestre se verá alterada cuando la niña por despecho le acuse de haber abusado de ella. Una mentira fortuita que se transmitirá como un virus, provocando un enconado rechazo de gran parte de los amigos, hasta que sea absuelto por el juez tras ser detenido, una vez que la supuesta víctima reconozca la falsedad de lo dicho. Un tiempo después, Lucas consigue rehacer su vida con una nueva pareja con la que empezaba una relación cuando sucedieron los hechos. Sin embargo, el drama vivido por la comunidad y el impacto derivado de la acusación, perduran dentro de las personas, y el odio provocado por una mentira, pueden causar a su vez, de nuevo, la violencia. 
La película se centra en cómo viven los protagonistas las consecuencias de tal acusación, especialmente Lucas, que observa el cambio radical que supone en su entorno, por la oposición y animadversión hacia él. Muestra las relaciones humanas antes de la mentira, las causas de ella, las circunstancias hasta cierto punto violentas que alteran la rutina de la comunidad, y después de pasar un año. Al director le interesa sobre todo exponer ese contraste, el choque entre las costumbres sociales tradicionales, junto a las reacciones psicológicas o materiales, en las que se forma o se inicia grupalmente el individuo, la caza, la celebración de la Navidad, y un suceso totalmente inadmisible. Para ello emplea unas imágenes próximas a la manera narrativa sencilla, improvisada, del que fuera movimiento Dogma, al que perteneció el director, donde cobran relevancia la interpretación de los actores, en contextos y asuntos problemáticos sobre la convivencia humana.

CONTRALUCES SOBRE EL AMOR

Terrence Malick, escribe y dirige la película, TO THE WONDER, entendida como una reflexión acerca del amor entre el hombre y la mujer, que posee un componente material y espiritual, pero de inferior rango al amor divino, el enunciado por la Biblia, entendido como una entrega sin recompensa a los demás, como un sacrificio hacia otras personas que sufren. Para ello cuenta una sencilla historia de amor y desamor entre un norteamericano, Neil, y una mujer francesa, Marina, madre soltera de una niña. La película arranca en Francia, en la plenitud del romance entre ambos, en París, en el Monte St. Michel, en la costa normanda. Luego se traslada a una ciudad en el oeste americano, cercana a inmensas praderas que se pierden en el infinito. Él se dedica a controlar la contaminación de la industria en los suelos y ríos. Tras un periodo de convivencia, la madre y la hija deben volver a Europa tras caducarse el visado. Entretando aparece una nueva mujer, Jane, que busca pareja y es madre frustrada. Posee un rancho de ganado. Sin embargo, la relación acaba porque vuelve Marina, ya sin su hija, para quedarse. Contrae matrimonio con Neil, pero del amor se pasa al odio, al enfrentamiento entre ellos y la infidelidad. La película termina cuando ella vuelve al viejo continente.
Los protagonistas de la película son los personajes femeninos, Marina, interpretada por la actriz, Olga Kurylenko, y Jane, la actriz, Rachel McAdams, a pesar que el personaje conductor es Neil, interpretado por Ben Affleck, o el Padre Quintana, el actor, Javier Bardem. Son protagonistas destacadas porque en ellas reside la evolución del argumento y el objetivo continuado de la cámara, la miradas, la gestualidad del rostro, los movimientos del cuerpo, más que en el personaje masculino. La razón se encuentra en la manera que tiene el director de construir la película, a base de imágenes que llegan impresionistas a la mirada del espectador y que cambian continuamente, superando a la acción propia de los personajes o a los diálogos. Unas imágenes en las que se busca la belleza continuada de los atardeceres o del amanecer en la ciudad o en la naturaleza, en los reflejos sobre el agua, en los contraluces a través de las ventanas, de las copas de los árboles, de los rostros de los personajes o sus cuerpos, entre el pelo o la hierba crecida de las praderas. Entre los caballos salvajes o los bisontes que pacen tranquilos y contemplan a los dos amantes.
Luces y sombras en los interiores, la mayoría vacíos de las casas que habitan los protagonistas. Contraluces al atardecer en los paisajes históricos de París y Versalles, en el puente de las Artes o a la ribera del Sena. El director refleja el cambio de las estaciones del año, su distinta climatología, el sol, la lluvia, la nieve, el nacimiento de la vegetación, la caída de las hojas, la subida de la marea, la destrucción del paisaje, la urbanización sin control, las industrias o las energías contaminantes, porque da una importancia esencial a la Naturaleza, de la que se aprovecha, vive o forma parte el ser humano. La destrucción de la misma se puede comparar con el fracaso del matrimonio o del amor entre una pareja, su respeto, con la fertilidad, la procreación, la continuidad. Si el campo se renueva en primavera, así nuevos grupos de niños juegan constante en las calles de los suburbios.
Las dotes como filósofo del director, Terrence Malick, quedan demostradas con las ideas que transmiten estas imágenes sobre la Naturaleza y el Amor humano, pero también con aquellas que muestran el sufrimiento causado por el destino: la enfermedad, la pobreza o la privación de la libertad. Todas ellas encuentran consuelo o ejemplo frente a la desesperación, en el Amor Divino, en el sacrificio hacia los demás enunciado por la religión cristiana. El director transmite, de ahí su prestigio, estas ideas a través de una sinfonía de las más bellas imágenes, a las que dan atractivo y forma, el color, la luz, la apreciación de las texturas de los objetos, y el ritmo. El conjunto se completa con un fondo de música clásica y la voz en off principal. Queda, por tanto, en el espectador un completo mosaico de imágenes sobre la vida afectiva de dos seres humanos, cuyo simple devenir, se explica de manera portentosa por el transcurso natural y espiritual de la existencia.

LA PINTURA AL AIRE LIBRE

El Châteu de Chillon, Courbet, 1874
El museo Thyssen de Madrid organiza la exposición, IMPRESIONISMO Y AIRE LIBRE. De Corot a Van Gogh, dedicada a la pintura al óleo realizada al natural, fuera del taller, una práctica que alcanzó su máxima expresión con el impresionismo, pero cuyos orígenes aparecen con el nacimiento del mundo contemporáneo. El cambio hacia esta pintura hecha fuera del taller se va a producir a lo largo del siglo XIX. Considerada en el ámbito del neoclasicismo como pequeños estudios de jóvenes paisajistas, artistas del romanticismo como Constable, o del realismo como Corot, los pintores de la escuela de Barbizon, Rousseau, Diaz de la Peña o Daubigny, la llevarán al conjunto de su producción. Gustave Courbet se encontrará igualmente entre sus practicantes. Todos ellos muy bien representados en la exposición. Por supuesto, los impresionistas, entre los que sobresale la obra de Claude Monet y Sisley. Hasta llegar al postimpresionismo de Cezanne o Van Gogh, donde el paisaje deja de pertenecer cada vez más al dominio de la Naturaleza, para acercarse a la interpretación subjetiva del artista a través del color y la composición.
El conjunto se divide en siete secciones según la temática representada: Ruinas, azoteas y tejados; Rocas; Montañas; Árboles y plantas; Cascadas, lagos, arroyos y ríos; Cielos y nubes; y el Mar, entre las que destacan las cuatro últimas. Las obras de diferentes estilos y autores aparecen reunidas en el mismo espacio. Así, el visitante puede contemplar por un lado la continuación de la tradición de la pintura al aire libre y por otro los cambios operados a lo largo de los años, y constituye un acierto para la contemplación y disfrute del visitante.

DURERO GRABADOR

Portada del catálogo impreso
La Biblioteca Nacional utiliza sus fondos para realizar la magnífica exposición, DURERO GRABADOR. Del Gótico al Renacimiento, en el que los visitantes en general podrán disfrutar con la contemplación de un conjunto completo de obras del artista alemán y de su época. Se encuentra dividida en cuatro secciones. La primera dedicada al grabado alemán del periodo comprendido entre 1490 y 1540. La segunda corresponde a la etapa de aprendizaje y la consolidación como artista gráfico, entre 1490 y 1498, en Nuremberg, el matrimonio con Agnes Frey y el primer viaje a Italia. La tercera, entre 1499 y 1514, muestra la preocupación del autor por las proporciones de la figura humana y la búsqueda de la belleza. En ella se opera el paso definitivo en sus obras del último Gótico al Renacimiento, tras su segundo viaje a Italia. Finalmente, la cuarta sección entre 1515 y 1528, expone las obras bajo el mecenazgo del Emperador Maximiliano y aquellas realizadas para los Tratados de Arte a los que se dedicó en los últimos años de su vida.
El talento, los conocimientos del artista alemán en la difusión de los conceptos del Renacimiento italiano quedan corroborados en esta exposición, de igual forma de los grabadores en estilo gótico de su país, de los más importantes de su época. La selección mostrada al espectador deslumbra por las obras de todas las secciones. En especial por las del libro del Apocalipsis, las series de la Pasión grande y pequeña, de La vida de la Virgen, El Arco Triunfal y el Gran Carro Triunfal, por obras individuales, Adán y Eva, El caballero, la muerte y el diablo, La Melancolía y San Jerónimo. Aumenta la consideración por tocar varios géneros: el retrato, la alegoría, algunas de difícil significación, la mitología, y el religioso, del ámbito católico, como de la Reforma Protestante, al apoyar las ideas luteranas. Así como experimentó con el grabado en metal o a buril y sobre madera o xilografía, de los que se han conservado numerosos ejemplos.
Alberto Durero puede considerarse como un artista completo del Renacimiento, a la manera de los grandes maestros italianos, un humanista por los conocimientos que tiene de la representación proporcionada de la arquitectura, del espacio en perspectiva, de la composición, del cuerpo humano, y de los seres vivos en la Naturaleza. Queda testimonio en la colección mostrada de grabados y libros ilustrados tan influyentes para la época y el arte posterior.

LA SOLEDAD DE LOS NÚMEROS PRIMOS

Tres años después de su producción se estrena en España la película, LA SOLEDAD DE LOS NÚMEROS PRIMOS, realizada por el director italiano, Saverio Costanzo, basada en la famosa novela homónima de Paolo Giordano, que colabora en el guión. El argumento se desarrolla principalmente en tres épocas de la vida de dos jóvenes, Alice y Mattia, la niñez, la adolescencia, y la juventud, el comienzo de la madurez. Durante ese tiempo, se cuenta de manera entremezclada el drama personal de cada uno de ellos, el por qué son números primos, personas con dificultades de integración social que solamente se sienten felices con otro de su igual o parecida condición. 
El origen de sus respectivos problemas individuales viene de cuando eran niños. Alice tuvo un accidente esquiando y queda con un cuerpo marcado por una pronunciada cojera. Mattia dejó abandonada a su hermana gemela con discapacidad mental en un parque porque no quería que fuera con él a una fiesta de cumpleaños, causándole la muerte. Estas circunstancias van a provocar por el modo cómo les afecta, que se les considere personas diferentes, solitarias, no aceptadas por los demás. Los dos se encuentran en lucha contra sí mismos, contra su propio cuerpo, especialmente Mattia, que se hace cortes en demostración del sufrimiento que padece por sus recuerdos. El drama se descubre en la adolescencia. Alice tiene tendencia a la anorexia y es maltratada en el instituto donde se pone en evidencia su discapacidad física. Allí conoce a la persona con quien mejor se entiende, de la que se siente atraido, cuyo extraño comportamiento, compensado por su brillantez intelectual, será recordado, explicado al espectador. Al final, los dos seguirán caminos diferentes, en una bella metáfora, pero a pesar de los años acabarán juntos de nuevo determinados por el pasado que les provoca tanto dolor.
La época más lograda pertenece a las imágenes de la adolescencia. Los actores resultan muy creibles y las escenas rebosan autenticidad. La forma de la película puede incomodar al espectador por su fragmentación y mezcla de las distintos periodos. Igual que otras obras italianas, la banda sonora, bastante significativa, no encaja de manera adecuada por ser excesivamente llamativa. Es curioso, finalmente cómo el director respeta el ángulo de visión, el punto de vista subjetivo, a la altura de los ojos, según las edades de los protagonistas, que hace, por ejemplo, que cuando aparecen las escenas de la niñez, el espectador vea muchas veces de manera parcial, a los adultos.