LA ESCULTURA DE MARIANO BENLLIURE

Autorretrato
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando organiza la exposición,  MARIANO BENLLIURE. EL DOMINIO DE LA MATERIA, que reune unas 51 obras, escogidas entre una obra extensa a lo largo de una vida longeva desde 1862 a 1947. Este pequeño conjunto deja claro al espectador la relevancia social que alcanzó su arte. Entre su clientela se encontraba desde la monarquía hispana hasta la élite política, militar e intelectual de España. Esculpió grandes monumentos conmemorativos, las estatuas ecuestres del rey Alfonso XII, de la reina Victoria Eugenia, del general Martínez Campos, localizados principalmente en Madrid, donde se encontraba establecido su casa-estudio en la calle Abascal. También conjuntos funerarios y retratos individuales. En la exposición se pueden contemplar los bocetos en bronce o las mismas piezas originales si son aquellos, como los del duque Alba, los políticos José de Canalejas, y el joven rey, Alfonso XIII. En este género brilla la gran penetración psicológica del individuo representado junto a un extraordinario dominio de la técnica sobre el material a partir del cual se forma la escultura. 
Este aspecto, que da título a la exposición, asombra igualmente al que entra en contacto visual con su obra. Domina una gran variedad de materiales: la terracota, el mármol, especialmente el más noble de Carrara, la plata y sobre todo, el bronce, lo que produce el dominio a su vez de los diferentes géneros en bulto redondo y en relieve. Un ejemplo de gran calidad presente en la exposición es aquél que representa a la reina Maria Cristina de Habsburgo y sus tres hijos, que le hace emparentarse con los grandes maestros del Renacimiento italiano a los que seguramente admiraba y conocería, pues fue entre los cargos que desempeñó, director de la Academia de España en Roma. En este sentido podemos destacar el interés por las piezas de orfebrería, vasijas, medallas conmemorativas, o espadas, y la cerámica. Igualmente, el gran conocimiento de la anatomía del hombre y de la mujer y la captación del natural, en la que sobresale la obra que encuentra el visitante al entrar en la exposición, Idilio, un conjunto de figuras sobre un pilar de mármol blanco decorados con relieves a la manera clásica.
Idilio

Mariano Belliure, que recibió los mayores premios y honores en su tiempo, poseyó un estilo que entronca con la tradición del idealismo clásico y el naturalismo y realismo barroco, con cierta influencia del modernismo. Constituye una forma atractiva que transmite las más variadas emociones referidas a la autoridad, la grandeza, el valor heroico, el militar o la fama de todo tipo, de la forma más apasionada, del gusto de las élites aristocráticas y burguesas, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, y comprendido por las populares, especialmente sensibles si los temas representados eran musicales o del mundo taurino del que era un gran aficionado.

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