LA MUJER EN ARABIA SAUDÍ

Haifa Al Mansour dirige y escribe la película, LA BICICLETA VERDE (Wadjda), merecido premio a la Mejor Película de Arte y Ensayo en el Festival de Venecia de 2012. Nos cuenta la vida cotidiana de Wadjda, la niña protagonista, que hace todo lo posible para conseguir el dinero para poder comprarse una bicicleta, sabiendo que las mujeres, desde muy jóvenes tienen prohibido montar en ellas, lo mismo que conducir coches de mayores, algo indecoroso desde la perspectiva de la moral islámica tradicional que rige en Arabia Saudí, que ocasiona un auténtico secuestro de las mujeres desde niñas. Como lo hace la protagonista, se educan a parte de los hombres de los que dependen para moverse libremente por la sociedad, reprimiendo cualquier iniciativa libre consigo mismas o con sus deseos hacia los demás. Están avocadas hacia el matrimonio y su vida gira entorno a la de su pareja masculina. Así le ocurre a la madre de Wadja, profesora a la que cada día le espera un chofer para ir a trabajar, que ve cómo su marido se casa de nuevo al negarse ella a tener otro hijo, tal vez varón, que diese continuidad al árbol genealógico de la familia, pues las mujeres están ausentes de él.
La sociedad de Arabia Saudí vive una importante restricción de los derechos de la mujer, de la igualdad con respecto a los hombres a causa de una interpretación muy ortodoxa de los postulados de la religión islámica, común en cierto modo a otras, por los cuales la mujer tiene un rol familiar y reproductivo exclusivamente. Apartarse de él, es causa del mal, del pecado, para el hombre y para ella. Por tanto limitar su libertad por ejemplo la exhibición del cuerpo femenino con atrevidos vestidos fuera del hogar, es reducir la posibilidad del pecado en toda la sociedad. Se llega, así al extremo, de que desde niñas, las mujeres llevan casi todo el cuerpo cubierto con un manto negro, del que apenas se deja entrever los ojos. No pueden ser vistas de otra forma en la calle. Desaparece la identidad física, el mayor peligro en relación con la autoridad moral masculina que rige el país.
Según se aprecia en la película, la mujer tiene cada vez más una actividad profesional relevante en Arabia Saudí. Necesita de entrada ser visible. De hecho, la directora, Haifa Al Mansour, es la primera mujer directora de cine del país, que le costó un doble esfuerzo poder rodar en las calles del país. La película se convierte en una bella metáfora reivindicativa por la igualdad de derechos sociales y políticos. Lo mismo que Wadjda tuvo que demostrar que puede aprenderse de memoria y recitar el libro sagrado del Corán, es decir, comportarse con rectitud, siguiendo la moral islámica, para conseguir sus propósitos de adquirir una bicicleta para ser libre, de igual forma la mujer es de similar comportamiento adecuado que el varón en ella y tiene que poder decidir sobre sí misma y actuar sin restricciones. Por otra parte, la directora deja entrever, que tal vez la mujer debe invertir sus recursos y esfuerzos, no en congraciarse con el varón, como en reforzar y educar su propia independencia, como realiza la madre de la protagonista que dedica el dinero destinado a comprarse un lujoso vestido a adquirir la deseada bicicleta verde de Wadja.

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