LA BANALIDAD DEL MAL

La directora y escritora alemana, Margarette Von Trotta aborda en la película, HANNAH ARENDT, una parte de la biografía de la filósofa a comienzos de los años sesenta cuando cubrió el juicio del criminal de guerra nazi, Adolf Eichmann para la revista, New Yorker y la publicación posterior del libro sobre las reflexiones creadas a partir del mismo. Ella era alemana de origen judío que a comienzos de los años treinta logró escapar de la persecución nazi tras estar detenida en un campo de internamiento y exiliarse en EEUU. Había sido discípula y amante del gran filósofo alemán Martin Heidegger, cuyo recuerdo siempre permaneció con ella a pesar de que se uniría al partido nacionalsocialista, como aparece en la película en diferentes flash back.
LLeva una vida acomodada en New York como profesora de la universidad junto a su marido, Heinrich Blücher, su amigo de la juventud, el judío alemán Hans Jonas y familia, y un grupo de amistades americanas, como la escritora, Mary McCarthy. Todo cambiará cuando su trayectoria se cruce con la del organizador de la muerte de millones de judíos. Hannah Arendt trata el Holocausto desde una perspectiva nueva, filosófica e histórica, de intentar comprender o racionalizar unos hechos muy dramáticos sin cualquier componente emocional, por lo que veía a Eichmann como un tipo corriente, un don nadie, un burócrata sumiso, eso sí, capaz de hacer el mayor de los males. Así crearía la teoría de la banalidad del mal por el que una persona o un grupo de ellas por la ausencia de pensamiento autónomo y la obediencia ciega y fanática les llevó a organizar el transporte criminal a las cámaras de gas. También, del análisis de los testimonios del juicio, que ella veía como un proceso de la misma categoría que el de Nuremberg más que el simple enjuiciamiento de un sólo individuo, se rebelaba la colaboración de algunos jefes de los consejos judíos con los nazis, lo que provocó que el genocidio tuviera una dimensión mayor.
Hannah Arendt, Fred Stein
La película muestra cómo este enfoque, mal interpretado, provocó una enorme polémica y presiones de todo tipo en su contra, hasta el punto que muchos de sus antiguos amigos le abandonaron y los compañeros de la universidad, salvo los más íntimos y la mayoría de los alumnos. Le acusaron de insensibilidad, de reducir la responsabilidad de un criminal nazi que a punto estuvo de acabar con su vida, de acusar de complicidad a los mismos judíos de su propio genocidio, cuando ella había participado en el movimiento sionista. Al final, Hannah Arendt se defendió públicamente afirmando que su perspectiva era una reflexión filosófica en lo que concierne a la teoría de la banalidad del mal, que se origina de un interés previo en comprender unos hechos para abstraer los conceptos, e histórica según los numerosos documentos y testimonios vistos en el juicio, en lo referente a la colaboración de los consejos judíos, que de todas formas no cabía tal vez otra actuación o podía haber sido otra.
Al espectador le queda después de ver la película un retrato personal de la filósofa Hannah Arendt, muy bien interpretado por la actriz, Barbara Sukowa, de su altura e independencia intelectual que le hace aparecer como insensible y arrogante, pero admirada por muchos estudiantes y amigos, y de su pensamiento en lo referido al concepto del mal, que se apunta en la historia. Sobre todo fue valiente al tratar un tema histórico, por aquellos años, de gran dramatismo cuando vivían algunos responsables y los testigos implicados, en la que se incluye ella misma, sin dejarse llevar por las emociones para intentar de alguna manera de explicarlo o comprenderlo, no en el sentido de relativizarlo o de exculpación, y así, evitar que se repita en el futuro.

EL ARTE DE PAUL KLEE

Con el arco iris, 1917, Paul Klee
La Fundación Juan March de Madrid ha organizado la exposición, PAUL KLEE. MAESTRO DE LA BAUHAUS, que finaliza este mes de junio. Una completa muestra que reune 137 obras entre pinturas, acuarelas y dibujos, así como un centenar de manuscritos seleccionados de sus notas de clase, representando cada uno de los 24 capítulos de sus textos. El conjunto incluye además objetos y documentos como fotografías, cuadernos de dibujo, publicaciones y los libros y las fuentes documentales de sus reflexiones. Establece una clara relación entre la obra plástica y el trabajo docente en la Bauhaus de Weimar y Dessau. Escribió unas 3900 páginas con notas para preparar sus clases, que constituyen su Teoría de la configuración pictórica, es decir los principios fundamentales de la configuración de la forma o del diseño. La exposición se divide en cinco secciones: el color, el ritmo, la naturaleza, la construcción y el movimiento, elementos esenciales de su creación artística como de su enseñanza. 
La primera de ellas necesita el conocimiento exacto de la naturaleza y de las leyes lógicas de la configuración, entendida ésta con un carácter procesual, que deviene. Se inspira para ello en los planteamientos de Johann Wolfgang von Goethe acerca de las leyes del cambio incesante que experimentan las formas. También la perspectiva sobre la teoría y el arte se completa con el interés por el ritmo, el color, las construcciones geométricas y el movimiento, resultado de un planteamiento igualmente orgánico. Sin embargo el conocimiento técnico no es suficiente para que surga el arte, se necesita la intuición, algo que no se puede enseñar, sino que se tiene o se carece de ella.
Con el sol poniente, 1919, Paul Klee
El visitante, así, queda fascinado por la pintura y el dibujo de Paul Klee, tan influyente para el arte posterior al entrar en contacto con su obra llena de una imaginación portentosa, repleta de originalidad formal que abre nuevos caminos a la representación artística. Y unido a ella una sólida reflexión teórica, producto de su labor pedagógica en la Bauhaus, que ayuda a su comprensión. Las comisarias invitadas para esta muestra, Fabienne Eggelhöffer y Marianne Keller, que han participado en los textos del catálogo, han llevado a cabo en paralelo la edición crítica, estudio y edición de los manuscritos originales del artista que se pueden consultar en la red. Igualmente, la Fundación Juan March ha publicado una edición semifacsímil, de las Aportaciones para una teoria de la forma pictórica, notas de clase, elaboradas entre 1921 y 1922, en lengua española e inglesa.

LA ESCULTURA DE MARIANO BENLLIURE

Autorretrato
La Real Academia de Bellas Artes de San Fernando organiza la exposición,  MARIANO BENLLIURE. EL DOMINIO DE LA MATERIA, que reune unas 51 obras, escogidas entre una obra extensa a lo largo de una vida longeva desde 1862 a 1947. Este pequeño conjunto deja claro al espectador la relevancia social que alcanzó su arte. Entre su clientela se encontraba desde la monarquía hispana hasta la élite política, militar e intelectual de España. Esculpió grandes monumentos conmemorativos, las estatuas ecuestres del rey Alfonso XII, de la reina Victoria Eugenia, del general Martínez Campos, localizados principalmente en Madrid, donde se encontraba establecido su casa-estudio en la calle Abascal. También conjuntos funerarios y retratos individuales. En la exposición se pueden contemplar los bocetos en bronce o las mismas piezas originales si son aquellos, como los del duque Alba, los políticos José de Canalejas, y el joven rey, Alfonso XIII. En este género brilla la gran penetración psicológica del individuo representado junto a un extraordinario dominio de la técnica sobre el material a partir del cual se forma la escultura. 
Este aspecto, que da título a la exposición, asombra igualmente al que entra en contacto visual con su obra. Domina una gran variedad de materiales: la terracota, el mármol, especialmente el más noble de Carrara, la plata y sobre todo, el bronce, lo que produce el dominio a su vez de los diferentes géneros en bulto redondo y en relieve. Un ejemplo de gran calidad presente en la exposición es aquél que representa a la reina Maria Cristina de Habsburgo y sus tres hijos, que le hace emparentarse con los grandes maestros del Renacimiento italiano a los que seguramente admiraba y conocería, pues fue entre los cargos que desempeñó, director de la Academia de España en Roma. En este sentido podemos destacar el interés por las piezas de orfebrería, vasijas, medallas conmemorativas, o espadas, y la cerámica. Igualmente, el gran conocimiento de la anatomía del hombre y de la mujer y la captación del natural, en la que sobresale la obra que encuentra el visitante al entrar en la exposición, Idilio, un conjunto de figuras sobre un pilar de mármol blanco decorados con relieves a la manera clásica.
Idilio

Mariano Belliure, que recibió los mayores premios y honores en su tiempo, poseyó un estilo que entronca con la tradición del idealismo clásico y el naturalismo y realismo barroco, con cierta influencia del modernismo. Constituye una forma atractiva que transmite las más variadas emociones referidas a la autoridad, la grandeza, el valor heroico, el militar o la fama de todo tipo, de la forma más apasionada, del gusto de las élites aristocráticas y burguesas, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, y comprendido por las populares, especialmente sensibles si los temas representados eran musicales o del mundo taurino del que era un gran aficionado.

UN CONFLICTO PERMANENTE

El largo conflicto que enfrenta a los israelíes y los palestinos protagoniza la película, INCH´ALLAH, escrita y dirigida por la realizadora canadiense, Anaïs Barbeau-Lavalette, que recibió un merecido Premio del Jurado en el pasado Festival de Berlin. Presenta interés en varios aspectos. En primer lugar por la historia de ficción que desarrolla, que si bien no se refiere a un caso en concreto, ha sucedido de alguna manera en esa guerra en la que los israelíes mantienen sin libertad en los territorios ocupados al pueblo palestino. Pretenden defenderse de los palestinos que reivindican aquellos territorios como propios para formar un estado. Les enfrentan también diferencias culturales y religiosas que hacen difícil la convivencia, en unos lugares sagrados para ambos, en el que los israelíes tienen mayor poder militar, al que algunos palestinos intentan debilitar por las acciones terroristas.
La película cuenta cómo la joven doctora canadiense, Chloe, la fotogénica atriz, Evelyne Brochu, va a sentir de cerca el enfrentamiento entre los dos bandos. Ella vive en Jerusalén y a diario cruza el muro de hormigón que separa la parte israelí para dirigirse a un centro médico de mujeres y niños en los territorios ocupados. Vive en el mismo edificio que una joven soldado hebrea, Ava, que trabaja en el control fronterizo, y se hace especialmente amiga de Rand, otra joven, embarazada, y esposa de un preso palestino. Conoce a su hermano pequeño que lo mismo que ella se dedica a recuperar objetos de desecho en el vertedero. También al hermano mayor, Faysal, activista comprometido con la causa palestina, que lleva una imprenta donde hace publicidad de aquellos que mueren en la guerra.
La protagonista se ve afectada directamente por la situación de violencia hasta el punto que va a tomar partido por el bando más débil. Esto sucede cuando ve atropellar a un niño en el vertedero por los militares israelíes, y sobre todo, cuando Rand pierde el hijo que espera en un atasco provocado por éstos que le impiden llegar a tiempo al hospital. Así se encargará de llevar la bomba a través de la frontera que causará una matanza en una calle de Jerusalén. La explosión da inicio a la película cuyo desarrollo es un flash back explicativo de las motivaciones y los protagonistas de la misma. Al final se descubre que quien puso la bomba fue la misma Rand que se convertirá en un nuevo mártir en la lucha contra la ocupación. El título hace referencia a las últimas palabras pronunciadas en la grabación que dejó antes de morir a modo de referencia religiosa a Alá.
A pesar de la secuencia narrativa de los hechos, cuyos elementos esenciales aparecen al principio y al final, el tratamiento que le proporciona la directora canadiense resulta de interés todo el tiempo, un tratamiento alusivo, no explicito, que se centra en los aspectos emocionales y sensoriales de la protagonista, en el que valora especialmente, los primeros planos casi continuos de ella, en menor medida de los demás personajes; los sonidos naturales de los lugares donde se desarrolla la acción, la luz a distintas horas del día, los colores y las texturas de los más nimios detalles en los objetos. La directora emplea de forma sistemática el procedimiento de utilizar un pequeño elemento repetido en varias escenas, con un plano corto, como forma de dar significado a lo que el espectador ve. De esta manera descubrimos que al pintarse los labios en un espejo quien pone la bomba en la terraza del restaurante judío, es Rand, porque el pintalabios se los regaló Chloe de parte de Ava, la joven soldado. 
Por otra parte, la realizadora valora especiamente lo femenino como vertiente diferente al tratamiento masculino de la realidad conflictiva. Existe, así, una relación hasta cierto punto amistosa en tanto que mujeres de las tres protagonistas de la película, frente a la cultura, nacionalidad, lengua o religión diferente, que propone una perspectiva original a la hora de sentir o dar respuesta a las dificultades, aunque esos aspectos sean en el fondo los que prevalezcan finalmente. Así,  la directora con esa sensibilidad singular, muestra el desgarro que produce la violencia indiscriminada de unos y otros, que debería desparecer ante todo por las víctimas inocentes, los niños, en favor de la paz.

EN OTRO PAÍS

El director coreano, Hong Sangsoo dirige y escribe, EN OTRO PAÍS, una película que aborda el problema de las relaciones personales entre individuos de culturas lejanas, la coreana y la francesa, que es a su vez, sobre las maneras de tratar una historia en un relato cinematográfico, porque el argumento se estructura en tres historias que se localizan en el mismo lugar, intercambiándose elementos,  y son protagonizadas por los mismos personajes con un parecido papel, salvo el de Anne, que en el primer apartado hace de directora de cine que se encuentra en la costa  invitada por otro director junto a su pareja; en la segunda de mujer que alquila un apartamento para verse con un realizador de televisión coreano a escondidas; y en la tercera de mujer divorciada abandonada por el marido es este país asiático. También se encuentran interrelacionadas porque constituyen ensayos de un futuro guión de una estudiante de cine que ha huido al mismo lugar de la costa con su madre por las deudas que tienen, es decir las tres historias que ve el espectador son el desarrollo de ficción de un supuesto relato principal que se observa al comienzo de la película y en diferentes momentos entre las partes.
El director lleva a cabo con esta estructura argumental una reflexión sobre el tema que aborda toda obra cinematográfica, que cualquier director perfila al decidirse por una opción, pero podría escoger otras sin devaluar el resultado final. Alude con esta película a la forma de trabajar que él emplea. El 50% de la película está planificada antes de empezar a rodar; el 40% lo compone durante la mañana de cada día del rodaje; y el 10% restante se improvisa durante el mismo. El director trabaja así con libertad, y el presupuesto bastante ajustado, como se comprueba en esta película, proviene de su propia productora, sin cortapisas comerciales. Un resultado hasta cierto punto experimental que atrae al público por la originalidad de las situaciones a las que se enfrentan los personajes, en este caso con dificultades de comunicación, al tener que entenderse en inglés para canalizar las intenciones y los deseos frustrados, que con una forma realista y sencilla, en esencia es una elaboración artificiosa.