LA LUCHA CONTRA EL SIDA

La aparición de la epidemia del SIDA fue una sorpresa en la década de los ochenta del pasado siglo. La alarma comenzó con la muerte del famoso actor Rod Hudson, galán de Hollywood, de un mal que no tenía remedio. Pronto se supo que era una nueva efermedad causada por un virus que debilitaba el sistema inmunológico hasta que el paciente contraía todo un cúmulo de dolencias asociadas que le causaban la muerte. Los más llamativo fue que se transmitía especialmente entre personas homosexuales que habían tenido relaciones sin ninguna protección. Luego se fue ampliando la incidencia entre los drogodependientes que compartían jeringuillas e incluso heterosexuales, en menor medida. Se convirtió, así, en una enfermedad que estigmatizaba al paciente.
La película, DALLAS BUYERS CLUB, dirigida por Jean-Marc Vallée, cuenta, basándose en hechos reales, aquel tiempo de incertidumbre, centrándose en la vida de Ron Woodroof, un electricista y cowboy tejano de rodeo, de vida sexual promiscua. Al principio no lo acepta. Le parece impensable que hubiese contraído una enfermedad de homosexuales. Luego, tras recibir el anuncio que le quedan 30 días de vida, se va a dedicar con un gran esfuerzo físico y económico a luchar para salvarse de la muerte y ayudar a muchos que se encontraban infectados.
En un principio los médicos aplicaban sólo remedios experimentales a un grupo reducido de pacientes. Después, ante la gravedad del problema, el gobierno norteamericano, y presionado por las empresas farmaceúticas, aprobaron el AZT, que en dosis elevadas era tóxico y no solucionaba la situación. El protagonista a base de estudiar en revistas y consultar con diferentes facultativos, va a probar algunos fármacos, algunos inciertos, que le prolongarán la vida hasta 7 años. 
Por otra parte destaca que mientras intenta mantenerse con vida, creará una especie de empresa o grupo, cuyo nombre es el  título de la película, encargado de llevar los tratamientos con medicamentos alternativos a cambio de dinero, importados de forma ilegal, que resultarán efectivos para muchas personas que por aquellas fechas contrajeron una enfermedad prácticamente desconocida. El actor principal, Matthew McConaughey, que da vida a Ron Woodroof, hace un papel extraordinario que mereció el Premio Oscar, junto a uno de sus compañeros de reparto, Jared Leto, como el transexual Rayon, que le ayudará en la comercialización de los fármacos. Una interpretación que combina el comportamiento al límite de un vaquero y la degradación física causada por el SIDA.

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