INFANCIA SECUESTRADA

El ser humano necesita conectarse con el mundo, interactuar con él y establecer relaciones sociales para madurar y ser feliz. Resultaría muy difícil afrontar la pérdida de libertad, más si eres joven o un niño. Eso les ocurre a los protagonistas de la película, LA HABITACIÓN (Room), dirigida por Lenny Abrahamson y basada en una novela de éxito con el mismo título. Una chica de 17 años fue secuestrada con engaños y durante su cautiverio tuvo un hijo, Jack, que ha cumplido cinco. Éste nunca ha conocido lo que hay tras las cuatro paredes de la choza, salvo los cuentos que apenas puede leer, o las imágenes de la televisión, o la luz que entra por la claraboya.


 Jack se da más cuenta cada día de lo que sucede. La madre decide pasar del mundo de fantasía y amor que tiene hacia él, a contarle poco a poco la verdad, y la necesidad de escapar. Para ello organizan una huida en la que Jack en principio debía fingir que está enfermo para que el secuestrador le llevase a un hospital y entregase un papel con la verdad. Al fracasar el plan, la madre envuelve a Jack en una alfombra como si estuviera muerto, con la intención de que cuando le llevase a un lugar apartado para desprenderse de él, pudiese saltar de la furgoneta. Un objetivo que logrará, provocando la liberación también de su madre.

El mundo exterior, la realidad le causa un verdadero choque a Jack, porque todo lo que sabía se lo habían contado o lo había visto por televisión. Tiene que adaptarse a hablar con otros adultos: sus abuelos, y otros niños de su edad. Parece que no le va a resultar difícil. Más le cuesta a la madre, que tiene que revivir su pasado cuando su vida fue truncada mientras asistía a clase hace siete años en el instituto. Trata de suicidarse, pero se recupera para ser feliz con el hijo nacido de las relaciones forzadas con el secuestrador. La actriz, Brie Larson, que encarna este papel recibió un merecido premio Oscar este año.


A pesar de los diferentes premios recibidos por la interpretación de la madre, la película discurre según la perspectiva de Jack, lo que él sabe, y lo que puede deducir el espectador. Provoca de esta manera un carácter intimista en la narración, de descubrimiento de un mundo existente, que aparece como nuevo a ojos del niño, pero que está lleno por una parte de violencia y sufrimiento, y por otra, de felicidad.

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