INMIGRACIÓN EN FRANCIA

Los obstáculos de la inmigración en cualquier país europeo se centran en la lengua y la cultura. Estar más o menos integrado, conseguir un trabajo bien remunerado, depende del grado de formación, el dominio de la primera, y luego adaptarse a unas nuevas costumbres. La opción de mantener las propia cultura con todo lo que ello supone dentro de la mayoritaria, provoca de alguna manera aislamiento si la persona se encuentra sola, y tensiones con los miembros de tu propia comunidad que van dejando los lazos originarios. La distinta problemática que se encuentra una mujer argelina que no sabe hablar francés y está divorciada con dos hijas, integradas en sus ámbitos sociales, lo cuenta la película, FATIMA, escrita y dirigida por Philipe Faucon, adaptación libre del libro, Prière à la lune de Fatima Elayoubi, por tanto inspirada en hechos reales.


La protagonista es una madre argelina que tiene que trabajar en los empleos menos remunerados para sacar adelante a sus dos hijas. El padre les ayuda pero no es suficiente. No sabe bien francés por lo que tiene que estudiar en el poco tiempo libre. La mayor ha iniciado la exigente carrera de medicina y vive en un piso alquilado con una amiga. La hija pequeña, adolescente, tiene capacidad, pero lleva mal los estudios. No se esfuerza y está todo el día en la calle. Las costumbres sociales de raíz argelina y musulmana chocan con las francesas, mucho más liberales. A Fatima le importa el que dirán, lleva velo pero sus hijas no y las reprende por llevar vestimentas demasiado provocativas. Las hijas sufren igualmente el choque de las costumbres, especialmente Nesrine, la mayor, que no sale de fiesta y está la mayoría del tiempo estudiando.


La hija menor, Souad, interioriza las dificultades de integración de la madre. Las trabajos que la explotan como una esclava. Los exterioriza con malos modales y abandonando los estudios. Se enfrenta especialmente con aquella porque le exige que estudie sin poder ayudarle por su desconocimiento del idioma. Es una hija furiosa, que Fatima interpreta causado por tener un padre herido, en concreto ella que le tienen que dar la baja al caerse por unas escaleras. Sin embargo, los problemas van desapareciendo cuando el esfuerzo y la lucha para sobrevivir en un ambiente adverso tienen su recompensa. Por todo ello recibió varios Premios César del Cine Francés, a la Mejor Película, Mejor Guion y Mejor Actriz Revelación, para Zita Hanrot en el papel de Nesrine.

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