LA LENGUA DE LOS EXTRATERRESTRES


La gran pregunta del ser humano es si hay vida en el Universo además de la que existe en la Tierra. En principio se están buscando por lo menos en nuestro sistema las condiciones que nosotros creemos para que se produzca la vida. La explotación intensa de los recursos naturales para el desarrollo económico actual tiene un límite claro ya que no son infinitos y llegará un momento que la supervivencia en nuestro planeta de la especie humana será muy difícil. No habrá para todos a no ser que los avances tecnológicos lo permitan. Si una civilización extraterrestre llegase a nuestro mundo tendría que ser mucho más adelanda para poder recorrer la inmensidad del espacio muy rápido y con algún propósito concreto.


La película de ciencia ficción, LA LLEGADA (Arrival), dirigida por el prestigioso director, Dennis Villeneuve, trata sobre el hecho de la llegada de 12 naves espaciales que se sitúan en distintos lugares del mundo. La historia se basa en un relato de Ted Chiang, titulado, La historia de tu vida, adaptado a la pantalla por el guionista, Eric Heisserer, que es un trabajo brillante. De esta manera nos cuenta que en cada uno de los paises donde se han aproximado, tratan de comunicarse con ellos. Hay una coordinación para compartir los distintos avances en la tarea. La película se centra en Montana, EEUU, donde tratan de hacerlo un equipo de militares y científicos, entre los que  se encuentra la doctora Louise Blanks (Amy Adams), experta lingüísta, y el físico, Ian (Jeremy Renner).


Los extraterrestes se dejan ver a través de una especie de pantalla dentro de su nave. Tienen aspecto de pulpo gigante, se les llegará a llamar, heptópodos, que emiten sonidos y los dibujan con un fluido que sale desde sus tentáculos. Al principio no se puede establecer comunicación pero poco a poco se logra traducir su lengua. Se averigua una serie de palabras entre las que sobresale, arma o herramienta. Se les pregunta por el propósito de llegar a la Tierra. Pero la respuesta solamente se puede conseguir si cada uno de los interlocutores en el mundo coordinan la información, pues son respuestas a modo de puzle. Sin embargo, esto es imposible porque crece la hostilidad entre los mismos y hay desconfianza en los propósitos de estos extraños seres.


La respuesta la va a tener la protagonista con la que los extraterrestes se comunican con la mente, y sobre todo, después de ser abducida, hasta el punto que logra saber que las intenciones son salvar a los seres humanos, y la supuesta arma, es su propia lengua sofisticada, en la que no existe el tiempo lineal y es el soporte de una inteligencia superior. Le informan además de la forma de evitar el enfrentamiento con ellos, y lo más llamativo de la película, a parte del argumento principal, el futuro de su propia vida, de lo que consigue por ello, el prestigio por haber traducido esa lengua alienígena, y que contrae matrimonio con Ian, del que nace una hija que muere en la juventud.


La película no descubre las claves desde el principio. Las muestra a modo de intriga o thriller. Tiene un montaje invertido que empieza con un flash forward, una visión del futuro de la protagonista, pero que el espectador cree que es el pasado o el arranque lineal de la película. Es una ensoñación o pensamiento de la doctora que va a parecer de forma significativa a lo largo del relato. También son los pensamientos que los extraterrestes le proporcionan sobre su porvenir, y que los espectadores y ella, van descubriendo fragmentadamente porque son inverosímiles como puede ser un sueño. Sin embargo, tienen sentido, se van aclarando, son reales, son imágenes personales de su futuro que van a salvar a la Humanidad.

ADOLESCENCIA Y CONFLICTO


En un conjunto de población conviven diferentes generaciones organizadas en unidades familiares. Los jóvenes si son menores de edad están sometidos a las indicaciones de los adultos que trabajan y llevan la iniciativa. Sin embargo, tienen unos intereses y unos gustos diferentes que los padres. Si se produce un conflicto de cualquier naturaleza entre los adultos, tal vez ellos no tengan una influencia decisiva, pero su  presencia se hace notar. Este es el planteamiento de la película, VERANO EN BROOKLYN (Little Men), escrita y dirigida por el norteamericano, Ira Sachs, que cuenta la amistad de dos adolescentes, Jake y Tony, ambos con aspiraciones artísticas, uno por el dibujo y la pintura, y otro por la interpretación.


Se han conocido cuando la familia de Jake hereda la vivienda donde vivía el abuelo en Brooklyn con la circunstancia que en el piso de la calle tenía una tienda alquilada de ropa llevada por una inmigrante chilena madre de Tony. Los dos jóvenes, aunque de distinto carácter, uno es introvertido y otro más abierto, se hacen muy amigos y van a compartir la afición a los videojuegos y recorrer los parques y las calles, más ahora que están de vacaciones de verano. Los problemas surgen cuando los padres de Jake, un actor y una psicoterapeuta, deciden aumentar el alquiler de la tienda, presionados por la tía, la otra heredera del edificio, aprovechando el fin del contrato y el proceso de subida de precios en este barrio de Nueva York.


Tanto Jake como Tony empezarán a sufrir la disputa entre inquilino y arrendatario, hasta el punto que no les dejarán estar juntos como antes. Ellos, como respuesta, dejarán de hablar a sus padres, hasta que por lo menos se enteren de cuál es el problema. De todas formas, no podrán hacer nada para evitar el deshaucio de la tienda, por cuanto la madre de Tony, no puede afrontar pagar un alquiler más elevado. El local quedará vacío y otra vez en alquiler hasta que llegue un nuevo inquilino que monte un negocio más acorde al nuevo nivel de vida del barrio y que pague un mayor precio. Los jóvenes perderán el contacto y por tanto la amistad surgida en verano, pero cuando comience el nuevo curso, seguirán estudiando según sus intereses artísticos.

LA FOTOGRAFÍA DE ROBERT DOISNEAU

El beso frente al Hôtel de Ville, 1950
La Fundación Canal organiza la exposición, ROBERT DOISNEAU. La belleza de lo cotidiano, que reune un conjunto de 80 obras significativas del fotógrafo francés. Han sido seleccionadas por el Atelier del autor, un archivo que conserva unos 450 mil negativos, en concreto por sus hijas, Annete y Francine. Robert Doisneau es uno de los artistas de la imagen más conocidos y famosos del siglo XX, cuyas obras permanecen en la memoria del aficionado. La exposición permite entrar en contacto con esas fotografías tan icónicas, y otras, que no lo son tanto pero que nos permiten hacernos una idea de cómo fue su estilo y su procedimiento creativo.

La mirada oblicua, París, 1948
Podemos conocer alguna de sus cámaras, las revistas y libros donde fueron publicadas las imágenes y positivos de reducido tamaño que nos permiten descubrir cuál fue la serie entre la cual se encontraba alguna de las fotografías expuestas en tamaño grande. Las mejores obras pertenecen a los años 40 y 50, realizadas en blanco y negro, aunque hay un conjunto en color del reportaje que hizo de los campos de golf de Palm Springs en 1960. Por otra parte se ha dicho que fue un narrador de una ficción extraída de la realidad. No podemos estar más de acuerdo, por cuanto nunca se separa de ella para la creación de la imagen. Sin embargo, son reflejos, ilusiones de la misma, detalles insignificantes de un mundo que él observaba con agudeza.

La información escolar, París, 1956
Su trabajo consistía en localizar un ambiente sugerente para captar los gestos de las personas que se encontrasen en ese lugar, lo que le proporcionó un estilo fresco e inmediato. No fue un fotógrafo de grandes proyectos con normas fijas. Eso se refleja en la exposición madrileña donde no hay un criterio clasificatorio de las imágenes. El espectador encuentra, de todas las maneras, una voluntad de transformar la realidad, de proporcionar una visión personal que cambia a aquella en una ilusión con el objetivo de mostrar la belleza de  la vida cotidiana, que cualquier persona no descubre a simple vista.

AMERIZAJE EN EL RÍO HUDSON


Los accidentes de aviación suceden pocas veces pero cuando se producen causan muchos muertos. Las maniobras más peligrosas son el despegue y el aterrizaje, aunque se han dado casos que las aeronaves han desaparecido de los radares al caer al mar y hundirse entre las aguas. Salir indemne de un hecho de este tipo puede considerarse milagroso o de una fortuna especial, de tal manera que al comienzo de cualquier trayecto se les explica a los pasajeros las normas más elementales de seguridad. Además, todos los accidentes conllevan una investigación de sus causas, para saber si ha sido un fallo humano o técnico, pues intervienen el interés del fabricante y de los seguros que tienen que afrontar las idemnizaciones.


La última película del director Clint Eastwood cuenta el amerizaje de un avión en las aguas del río Hudson el 15 de enero de 2009, una maniobra desesperada para evitar que chocase con los edificios de la ciudad de Nueva York. Se salvaron todos los ocupantes del mismo unos 155 tras pasar momentos de pánico. Este auténtico milagro se debió a la pericia del piloto, el Capitán Sully Sullenberger, con una amplia experiencia de más de cuarenta años volando y próximo a su jubilación. El guion se basa en el relato del protagonista, que centra la película en su personaje, en lo que vivió y sintió antes y después del mismo. Por su hazaña y la de su compañero de cabina, se convirtió en un auténtico héroe.


Sully, decidió en pocos segundos, tras chocar con un bando de aves que anularon los motores, y ver que no había posibilidad de aterrizar en ningún aereopuerto, hacerlo en el agua. El puso toda la habilidad técnica de muchos años y los equipos de rescate tardaron 24 minutos en sacarlos del avión.El actor, Tom Hanks, lleva el peso de la película como protagonista principal interpretando un papel que por una parte es un héroe para la opinión pública y por otra un piloto que está siendo investigado si tuvo opción de volver al aereopuerto de La Guardia u a otro próximo más cercano. 


Al final triunfaron sus tesis, que el factor humano impide decidir lo que hay que hacer de manera automática, como hacen los algoritmos o los ordenadores a posteriori. El se tomó 35 segundos, y solamente ese tiempo impedía, al ser un hecho sorpresivo, volver con seguridad a tierra. Los aviones no los pilotan las máquinas sino seres humanos. La razón la tuvo de su parte y también el sufrimiento de recordar los hechos, los momentos antes de iniciar el vuelo, las pesadillas posteriores mientras estuvo aislado para evitar la prensa, y antes del juicio para determinar las responsabilidades. El director narra este proceso no de manera lineal sino invertida, mezclando los tiempos para centrarse en Sully, el auténtico protagonista de la película.

VÍCTIMA DEL ESTADO


Hay películas cuyo argumento entretiene por su intriga o por un cúmulo de aventuras que arrastran al espectador. Enganchan desde el principio hasta el final y concluímos que es una buena película. Otras consiguen lo mismo por tratar los problemas de ciudadanos al borde de la exclusión. Lo hacen de forma precisa y sin evitar tratar las situaciones más problemáticas. Este es el caso de la última obra del director británico, Ken Loach, titulada, YO, DANIEL BLAKE (I, Daniel Blake), ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes. Un merecido premio para una historia que retrata las dificultades para vivir de un grupo de personas que apenas tienen ingresos y dependen de la ayuda estatal en el Reino Unido.


Los países europeos se dieron un sistema de protección social después de la Segunda Guerra Mundial que comprendían servicios médicos, un seguro de paro y una pensión digna cuando terminase la edad laboral. Este es el llamado Welfare State, el Estado del Bienestar, que desde hace unos años se está intentando acabar con él con la excusa que no se puede sufragar, mediante privatizaciones y recortes. Por otro lado, cada vez más las fuerzas políticas ofrecen a los ciudadanos reducir los impuestos para ganar votantes desde una perspectiva económica neoliberal y mayor eficiencia. 


De esta manera el estado llega a poner normas que ponen trabras y obstáculos para conseguir pensiones de invalidez o seguros de desempleo, que junto a la situación mala del mercado de trabajo por la crisis económica o los cambios del sistema productivo, provocan que muchos trabajadores y familias no tengan los recursos suficientes. Es lo que le sucede al protagonista de la película, que pierde su trabajo por un ataque al corazón, quedando incapacitado por la enfermedad pero el estado no le reconoce la invalidez en primera instancia. Tiene que pedir el seguro de paro con la obligación de firmar y entregar currículos a empresas, sin poder llegar a tener el puesto porque está enfermo.


Queda prisionero entre la burocracia sin alcanzar una situación estable de protección. Cuando consigue que su caso sea revisado, su corazón enfermo no resiste la tensión. Por otra parte, mientras espera ser recibido en la oficina de empleo conoce a Rachel, una madre soltera con dos niños, que le niegan un subsidio porque ha llegado tarde por poco a causa del tráfico y del largo trayecto desde su ciudad de origen al lugar donde le han concedido un alojamiento. Dani y ella se ayudarán en su situación precaria al borde de la miseria sin tener lo más mínimo para subsitir. La descripción de estas dos situaciones unidas, ejemplo de solidaridad ante la adversidad económica, son comunes en nuestras sociedades occidentales que han visto reducido la seguridad proporcionada por el estado, imprescindible para el bienestar de los más débiles.