LOS ÚLTIMOS AÑOS DE STEFAN ZWEIG



El auge de los fascismos en Europa provocó la Segunda Guerra Mundial y la huída de numeroso artistas e intelectuales ante la amenaza que se cernía sobre sus países. Represión, campos de concentración, torturas y asesinatos iban a ser el destino de millones de personas. Entre aquellos elegidos que tuvieron la oportunidad de poner tierra por medio, se encontraba el famoso escritor, Stefan Zweig, que a comienzos de la década de los treinta salió de Alemania camino primero de París, luego de Londres, para asentarse en Sudamérica. Los últimos años de su vida nos lo cuenta la película, STEFAN ZWEIG, ADIÓS A EUROPA, escrita y dirigida por María Schrader.


El espectador puede hacerse una idea de cómo fueron aquellos últimos años antes de suicidarse en febrero de 1942, cuando renunció, junto a su segunda mujer a seguir viviendo, esperando un mejor futuro, ante la incertidumbre que suponía la amenaza de los nazis. Tenía 60 años y era un escritor muy famoso en su tiempo, hasta el punto, que era invitado constantemente a recepciones oficiales, que él cobraba en salvoconductos para sacar a judíos y otros perseguidos de Europa. La película se divide en seis episodios, desde 1936 hasta el suicidio en su vivienda de Petrópolis, en Brasil. El país de acogida principal desde que llegó del Viejo Continente.


En todos los episodios se muestra su fama y agasajo, la angustia y el pesimismo del autor por superar la constante huida frente la amenaza fascista. Así se observa en el recibimiento en Brasil, en la admiración de las gentes de allí, en el Congreso del P.E.N. Club de Buenos Aires en 1936, en el encuentro en Nueva York con su primera mujer y su dos hijas a las que ayudó a llegar a América, en los numerosos amigos europeos a los que no puede responder por carta, ni favorecer, ante su solicitud de salvoconductos. Parecía que había un triste destino escrito y era una labor de titanes enfrentarse a él a corto plazo. Solamente la sangrienta guerra iba a poner fin a la locura criminal de aquellos años.


El último episodio es el más estremecedor. Como en los anteriores prima el diálogo, ahora triste cuando los cuerpos del insigne escritor y su mujer yacen en la cama muertos. Prefiere morir ahora, dejó en un escrito que leen en esos momentos,  antes de esperar a que hubiese un futuro mejor. Dice que otros lo conocerían, pero el decide su propio destino. Constituyen las imágenes un largo plano secuencia donde el espectador no ve directamente la escena, sino su reflejo en el espejo de un armario que se abre y se cierra, mientras, una sirviente reza de rodillas una oración.

REFUGIADO EN FINLANDIA


En la Europa envejecida suenan tristes melodías del pasado, mientras en el Próximo Oriente se produce un conflicto tras otro.  Miles de refugiados llegan desde Siria cada año para encontrar una vida mejor. En su largo y difícil viaje buscan las mejores condiciones de asilo para lo que tienen que traspasar fronteras hostiles. El Viejo Continente no les recibe con los brazos abiertos. Muy pocos países por miedo e inhumanidad les aceptan. Muchos de ellos han perdido su familia en los lugares de origen o en el duro camino hacia la libertad. Este problema nos lo cuenta de manera original la película, EL OTRO LADO DE LA ESPERANZA, escrita y dirigida por Aki Kaurismaki, por la que recibió el Oso de Plata al Mejor Director del Festival de Berlín.


La película muestra al principio dos historias que se unirán. Un viajante pone fin a su matrimonio y a su antigua actividad profesional. Un refugiado sirio llega al puerto de Helsinki para pedir asilo desde Polonia. Ha perdido a su hermana en los numerosos pasos de fronteras y de países. En Finlandia le acogen bien y estudian su caso. Vive en un centro de refugiados hasta que se decida su destino. Sin embargo, el asilo es rechazado de manera injusta, y cuando iba a ser deportado, logra huir. El otro protagonista, el antiguo viajante, compra un viejo restaurante para poder vivir. En un momento dado, se encontrará con Khaled, incorporándole a la plantilla del negocio, y además, le proporcionará techo en un almacén, así como un carnet de residencia falso.


El apoyo que le da, Wilstrom, no acaba ahí, pues cuando se sabe que la hermana de Khaled se encuentra en Lituania, facilitará que un amigo suyo le traiga a escondidas en un camión. El final del relato muestra una vez más, cómo la vida en Europa, a pesar de ser mucho mejor que en los lugares de conflicto, tiene un lado perverso y peligroso. Khaled acaba siendo herido por un violento racista y xenófobo. Sin embargo queda la humanidad de los que le han ayudado. El amparo, en algunas ocasiones al margen de la ley, de los que creen que todos somos iguales por ser seres humanos. El estilo sobrio y contenido del director, amenizado por una amplia banda sonora de viejas canciones cantadas en directo, refuerzan este mensaje.

REGRESO A LA INDIA


La pobreza afecta especialmente a la infancia en los países en vías de desarrollo. Muchos menores se ganan la vida en la calle para poder sobrevivir. Además padecen el riesgo de sufrir violencia, de ser separados de su familia y romperse los lazos afectivos. Por otra parte, en los países más ricos, tenemos una alta consideración de los más pequeños, pero la baja natalidad hace que cada vez más parejas miren aquellos lugares donde los niños son abandonados en orfanatos por unos progenitores incapaces de sacarlos hacia adelante. La película LION, opera prima del director norteamericano, Garth Davis, cuenta la historia real de Saroo, un niño indio, que logra recomponer aquellos lazos familiares rotos por el destino y la miseria.


Saroo es un niño analfabeto que con su hermano mayor salen de casa todos los días para conseguir comida para ellos y para una hermana pequeña. El trabajo de la madre en una cantera no da para mucho. Viven en una aldea del norte de la India. Un día su afán por conseguir los objetos que los viajeros del tren tiran al suelo les lleva a una estación del ferrocarril, donde Saroo se queda dormido por el cansancio. Allí tenía que esperar, pero al no encontrar a su hermano, le hizo buscar por todas partes hasta por un tren parado donde volvió a dormirse. Este tren vacío se puso en marcha y ya no abrió las puertas hasta su lejano destino en Calcuta. En esta gran ciudad, el pequeño Saroo, se siente perdido. Sobrevive mendigando entre los montones de basura. Un día la policía le lleva a un orfanato.


Allí, tras muchas búsquedas por las autoridades, que no logran saber donde se encuentra la aldea de donde dice tiene su casa, le adopta una pareja australiana. En la isla de Tasmania tendrá a partir de esos momentos una vida acomodada que le proporcionará una buena formación académica. Mientras continua sus estudios en Melbourne, y el contacto con otros estudiantes de origen indio, empieza a añorar a su familia biológica. Se propone localizar la aldea perdida de donde procede. Sólo tiene un nombre mal pronunciado. También recuerda la estación con un depósito de agua donde se perdió. De esta manera comenzará una investigación angustiosa utilizando Google Earth. Sigue la líneas de ferrocarril que terminan en Calcuta, pero ésta no da resultados tras muchas noches sin dormir.


Una casualidad le llevará a la aldea donde nació, cuando por desesperación lleve la pantalla de búsqueda a mucha más distancia de la que estaba mirando. Allí encuentra la estación, luego la ciudad próxima, el puente y el río de sus recuerdos, la ciudad más grande cercana a su aldea, y finalmente ésta. Solamente le quedará regresar a la India, y localizar a su madre y hermanos. Así lo hará guiado por esos recuerdos de la infancia, sin perderse por el camino. Se encontrará con ellos pero el hermano mayor murió la misma noche que se perdió en la estación de tren. Descubre más cosas, que su nombre es Sheruu, que significa león, de ahí el título de la película. Tendrá en esos momentos dos familias cuyo encuentro real los espectadores serán testigos en los títulos de crédito.