DESDE EL MÁS ALLÁ


La realidad cotidiana en el mundo cotemporáneo está protagonizada por celebridades que exaltan el consumismo de productos y marcas de renombre que copan las páginas de estilo y moda. En este mundo tan vanidoso, tan apegado a lo material, puede haber un espacio a la fantasía, a los espíritus de ultratumba que pueden interferir en la vida cotidiana. Lo pueden hacer de tal manera, que surga una intriga, terror o miedo a lo desconocido. Le sucede a Maureen (Kristen Stewart), que entra en contacto con fantasmas que se comunican con ella en la película, PERSONAL SHOPPER, dirigida y escrita por el francés, Olivier Assayas, galardonada con el Premio al Mejor Director en el Festival de Cannes.


Maureen se dedica a comprar joyas y vestidos para una celebridad del mundo de la moda que no tiene tiempo para recorrer las tiendas. Hace poco ha muerto su hermano gemelo por una dolencia congénita del corazón, que ella también padece. Habían acordado que quien muriese primero, intentaría ponerse en contacto desde el más allá. Los dos eran aficionados al espiritismo y hacían de médium. Desde el principio de la película a la protagonista se le aparece un fantasma. El primero en la antigua casa de su hermano, que quiere vender. Pero eso no es todo, pronto, en una de sus idas y venidas de París a Londres por cuestiones de trabajo, empieza recibir mensajes en el móvil, establecer conversaciones con un desconocido que sabe en todo momento lo que ella hace, pero no se identifica.


Esta situación le produce inquietud y miedo a la protagonista, hasta el punto, que llega a obedecer lo que este ser, que llega a escribir hasta mensajes en papeles, le indica. La situación cambiará cuando encuentre un día a su jefa asesinada en su casa. Parece ser que ha sido su pareja, aunque ella no vio nada, pero las joyas que iba a entregarla, no quedaron en su poder como dijo a la policía, sino en sus manos. De esta manera se ha visto envuelta en una situación que para el espectador le implica al estar citada en el hotel donde fue apresado el supuesto asesino al salir. A partir de ese momento, decide tomarse unas vacaciones lejos de París donde reside su novio.


Sin embargo, un espíritu le persigue, hasta el punto que tiene poder para elevar vasos de cristal y dejarlos caer al suelo. Al final queda en el aire quién es ese fantasma, su hermano Lewis desde el más allá, un ente desconocido o ella misma que lo provoca. La película, así, tiene una vertiente realista que se mezcla con una parte fantástica. Una combinación bien tratada por el estilo del autor que da consistencia al aspecto inmaterial. La interpretación de la actriz, en todo momento protagonista de casi todas las escenas, refuerza el misterio, la intriga y hasta cierto punto el temor que provoca al espectador la historia.

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