TRAGEDIA RURAL


El matrimonio en el siglo XIX imponía duras condiciones a la mujer, sobre todo si pertenecía a una clase social inferior al marido o se había constituido por conveniencia. Prolongaba la estricta jerarquía social entre los propietarios y sirvientes. Este orden no era inmutable como en la Edad Moderna, pero alterarlo podría suponer unas condiciones excepcionales o la violencia. En este ámbito se sitúa la película británica, LADY MACBETH, dirigida por William Oldroyd, basada en la novela de Nikolai Leskov del mismo titulo, que es una auténtica tragedia a la manera de Shakespeare, protagonizada por Katherine, que cambia el rumbo de su vida mediante el asesinato.


Katherine es una joven esposa de baja condición social que contrae matrimonio por obligación con un señor acaudalado mayor que ella. Tiene que dar un heredero al patriarca de los Lester, y figurar como la esposa de su amargado hijo. Para ello debe cumplir unas condiciones, mantenerse encerrada en la mansión familiar y esperar cada día la llegada del marido. Un inesperado viaje de éste a unas minas de su propiedad, hacen que se quede sola. La vida solitaria propicia que vulnere las duras reglas que le habían impuesto. Además, comienza un idilio apasionado con un joven mozo de cuadra, que le lleva a perder la cordura. Ella es la señora de la casa en ese momento y su propia libertad le va a permitir tomar decisiones sobre los demás.


Un día regresa el patriarca, que enterado de la relación extramatrimonial de Katherine, castiga violentamente al amante, y la vuelve a recluir, pero su venganza no  tarda, y le envenenará con la comida. A partir de esos momentos, tanto uno como otro llevan una vida en común como los auténticos señores. El marido, que no había vuelto a pesar de la muerte de su padre, llega una noche y descubre casi a la pareja en la cama. Katherine intenta engañarle, pero su esposo está enterado de todo por los comentarios de la gente. Se produce, entonces, un enfrentamiento entre ellos, momento que aprovecha ella para asesinarle a golpes. Los acontecimientos violentos tendrán un episodio más cuando una señora se presente con un niño, hijo natural del marido con una criada.


Esta nueva circunstancia altera la vida de Kahterine, y le inquieta para el futuro, por los derechos hereditarios que tiene el niño. Sin embargo, un día cae enfermo a causa del frío al extraviarse en el campo desesperado por el infierno que vivía. Es el momento que aprovecha para asesinarle. Pero el médico descubre que no ha muerto por enfermedad, sino de forma violenta. Sebastian, confiesa los hechos en los que ha participado junto a su señora, que lo niega, y le acusa a él y a una sirvienta enterada de todos los acontecimientos. Al final triunfa ella, por su posición social,  a pesar de ser la causante de la tragedia, la misma que tenía su marido para someterla al abuso de un matrimonio desigual e injusto.

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