EN MEDIO DE LA GUERRA


La violencia de la guerra expone al ser humano a padecer condiciones extremas en las que se pone en riesgo su vida. Si el fenómeno bélico es generalizado sólo queda huir o aislarse para sobrevivir. La película, LA SEDUCCIÓN  (The Beguiled), escrita y dirigida por Sofia Coppola, basada en la novela del mismo nombre de Thomas Culligan, se centra en lo que les pasa a un grupo de mujeres que viven rodeadas por la Guerra de Secesión en una mansión al sur de Virginia que hacía las funciones de colegio. Ellas continúan con su educación, dirigidas por la dueña y una profesora, mientras el ruido de los cañones sonaba en la lejanía. Los esclavos negros habían escapado y tenían que desarrollar solas las tareas domésticas. 


La aparente calma de la hacienda se ve perturbada cuando acogen a un soldado enemigo, del norte, herido en una pierna. En principio, deciden curarle y no entregarle al ejército del sur por caridad, a pesar de las discrepancias entre unas chicas y otras. El proceso de recuperación supone a su vez un tiempo de seducción mutua entre las mujeres para conquistar al hombre, y de éste para hacerse con la amistad y el amor de ellas. Al final el soldado, John McBurney, Colin Farrell, se inclina por la profesora Edwina Dabney, Kirsten Dunst, pero lo que parece resultar el comienzo de una relación duradera, termina en la traición del primero con una alumna del internado, la misma noche en la que se habían citado. El descubrimiento del engaño provoca un revuelo entre los protagonistas en el que el soldado cae por las escaleras y se daña todavía más la pierna que no se había terminado de recuperar.


Ante las graves heridas, la dueña del colegio, Martha, Nicole Kidman, decide que deben amputarle la pierna. El soldado, cuando se recupera, interpreta que se la han  cortado como venganza por haber seducido a una alumna, y desata la cólera contra las mujeres. Por mediación de Edwina, que se entrega a sus deseos, vuelve de nuevo a la calma. Sin embargo, la mayoría decide librarse del militar, envenenándolo una noche con unas setas venenosas. Así termina, lo que había sido un proceso de seducción mutua entre el hombre herido y las mujeres aisladas por la guerra, luego convertido en un enfrentamiento violento por la dominación y la libertad.


La película de Sofía Coppola tiene como antecedente la obra de Don Siegel, El seductor (1971), pero con el punto de vista femenino. Un mirada que la directora manifiesta con una especial sensibilidad y un estilo sobrio, propio de ella, centrado en la captación de la atmósfera, de las luces del sol al atardecer, o las nocturnas de la casa, contrastadas por las arquitecturas o la vegetación descuidada de los árboles. Un ambiente adecuado para representar otra guerra, unida a la política de la época, pero no de menor importancia, entre la seduccción y el enfrentamiento entre los hombres y las mujeres por su libertad.

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