LA FOTOGRAFÍA DE NICHOLAS NIXON

Las hermanas Brownm 1975
La Fundación Mapfre expone una retrospectiva sobre el fotógrafo norteamericano, Nicholas Nixon compuesta por más de doscientas obras que muestran ejemplos de su obra en una extensa carrera iniciada en los años setenta. Un conjunto muy completo organizado en series temáticas que demuestran su preferencia por el retrato, aunque su larga trayectoria se iniciase con la captación de paisajes urbanos de Boston y Nueva York con un punto de vista elevado, que formaron parte de la influyente exposición de 1975, organizada por la George Eastman House, New Topographics. El autor, por tanto, no seguiría la estela del famoso Cartier-Bresson, sino que se interesaría por imágenes tomadas por cámaras de gran formato con el empleo del trípode, caracterizadas por una extraordinaria nitidez.

Hyde Park Avenue, Boston, 1982

La serie más conocida del autor es aquella que representa a su mujer Bebe y a sus tres hermanas desde 1975 hasta la actualidad. Está compuesta por retratos, realizados un año tras otro donde se muestra el paso del tiempo, las emociones vividas por la relación afectiva entre ellos. Además de esta serie familiar, podemos observar otras imágenes de la mujer y sus hijos como auténticos modelos dentro del hogar, sometidos a las luces directas y composiciones dinámicas. Lo mismo le sucede al entorno más próximo. El jardín, el porche, las hojas caídas de los árboles, las cortinas del dormitorio testigos de su intimidad, el conocimiento cercano que establecen dos seres humanos, uno de los temas fundamentales del artista. De esta manera llega a fotografiar el desnudo en la relación próxima de las parejas.

Bebe and I, Brookline, 2013

Los valores personales del autor le llevan a realizar fotografías de la gente humilde que vive en los alrededores de Boston y en los barrios pobres del sur, en Florida y Kentucky. Sitúa su cámara en las ribera del río, en la playa, y sobre todo en los porches de las casas donde se entretienen las familias con los hijos que parecen libres frente a la cámara, como si de una instantánea se tratara. Son retratos en grupo, aunque el autor parece preferir más los primeros planos como se muestran en las series de ancianos que el captó cuando era voluntario, o la de enfermos de Sida, la enfermedad que se hizo famosa en los años ochenta por su mortalidad. Para Nicholas Nixon, la imagen captada por la cámara fotográfica, incluso, la tomada por una máquina de gran formato, no agreden la intimidad del retratado, ni en sus momentos más gozosos, ni en los más dramáticos. El resultado forma parte del propio ser humano como testimonio de sí mismo.

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