MATERNIDAD PREMATURA


Tener un hijo es una decisión de gran reponsabilidad por la atención y los medios económicos que requiere. Cuando la madre es adolescente o muy joven, los problemas se multiplican relacionados con la edad. Desde este planteamiento arranca la historia de la película, LAS HIJAS DE ABRIL, escrita y dirigida por el mexicano, Michel Franco. Valeria, la protagonista, vive con su hermanastra, Clara, en la ciudad costera de Puerto Vallarta. Tiene 17 años y se ha quedado embarazada de su novio de la misma edad. Apenas se hablan con sus padres separados. La necesidad les llevará a contactar con ellos, especialmente con la madre. En las primeras semanas comprueban la dificultad de cuidar a su hija.


La madre de Valeria, Abril, se presentará de improviso en Puerto Vallarta y empezará a ayudar económicamente a la hija. Le prestará, igualmente, apoyo en las tareas que exigen su cuidado. Todo marcha bien hasta que decide dar a la recién nacida en adopción contando con la firma del padre del novio al ser menores de edad. Esto causa un profundo malestar en su hija. Sin embargo, esta decisión esconde el plan de apropiarse de su nieta, pues se la había encomendado a una antigua criada de ella. También, de llevar una vida en común con el novio, al cual atraerá a la ciudad donde vive lejos de la costa.


Valeria, que desea encontrar a su hija, se entera que la madre quiere vender la casa de Puerto Vallarta. A partir de ahí trata de localizarla, y descubre que vive con su novio. Abril se siente descubierta y en un momento determinado abandona a la niña en un restaurante. Valeria le denuncia, y con ayuda de la policía intenta recuperarla. Para ello necesita a su novio que había regresado con sus padres. Una vez conseguido, le abandona por la relación que tuvo con su madre. Es la última escena de la película realizada en un estilo realista y sobrio propio del repertorio del Festival de Cannes en el cual recibió un Premio del Jurado de la sección un Certain Regards.

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