SOBRE EL ARTE CONTEMPORÁNEO


El arte contemporáneo de comienzos del siglo XXI se manifiesta en múltiples facetas que superan la escultura y la pintura tradicional. Incorpora las nuevas tecnologías digitales, los materiales más diversos, y muchas veces, se manifiesta como una acción teatralizada, una performance. Algunos proyectos artísticos se sustentan en profundas reflexiones estéticas, solamente actas para los entendidos. Por otra parte tiene, en algunos casos, una vocación de vincularse a la realidad social circundante. Sin embargo, las obras de arte alcanzan precios astronómicos en el mercado, fruto de la demanda continua de los coleccionistas e inversores. Los museos que los atesoran, así, dependen de las donaciones, y hacen todo lo posible para atraer al público, llamar la atención y tener renombre para ingresar el dinero necesario.


Este es el transforndo de la película sueca, THE SQUARE, dirigida y escrita por Ruben Östlund, centrada en las actividades del director artístico de un museo de arte contemporáneo. Christian, que así se llama, acaba de adquirir la instalación The Square, con una donación de millones de coronas proporcionados por una fundación. Se colocará en la entrada, y será un espacio para incitar a los visitantes al altruismo, la solidaridad con los demás. Prepara, a la vez, una exposición complementaria y una campaña publicitaria para atraer visitantes. Lleva una vida estresante con los preparativos y los diferentes eventos, reuniones y fiestas, en las que tiene que participar por ser una persona famosa al dirigir una importante institución. Apenas tiene tiempo de estar con sus dos hijas a las que tiene obligación de atender tras su divorcio.


Christian tiene un nivel de vida elevado. Usa siempre ropa cara y es propietario de un coche Tesla. Contrasta con los numerosos vagabundos, algunos inmigrantes, que viven en la calle de la caridad. Hay una desigualdad, una diferencia enorme entre lo que el representa, la alta cultura expresada en el arte contemporáneo, sustentado por los grupos sociales más altos en la escala social, y la realidad de los barrios periféricos, de aquellos que no tienen recursos. Resulta paradójico cómo el arte mismo intenta dar voz a estos desfavorecidos y marginados. En la película, aparecen estas dos realidades y la vocación de compromiso del arte más arriesgado. Sin embargo, éste tiene sus límites, que se producen cuando el director le roban la cartera y el móvil, y coloca cartas de amenaza en los buzones del edificio donde viven el ladrón, hasta su devolución. El personaje de Christian es la personificación de la actitud de la plástica contemporánea.


También sobrepasa los correcto y la llamada libertad de expresión, cuando el vídeo de promoción de la obra, The Square, causa un escándalo al mostrar una niña vagabunda que al meterse en el cuadrado de luces de la instalación explota. Este hecho provocará la dimisión de Christian como director artístico. La película, de esta manera, cuenta las circunstancias que rodean a la puesta en marcha de una exposición de arte contemporáneo, centrándose en la figura del director artístico, un pretexto para incitar a la reflexión sobre esta manifestación cultural, y los excesos, despilfarros y falsedades que muestra. El director, Ruben Östlund, lo cuenta con un estilo sobrio y preciso, a base de situaciones llenas de humor, empleando la técnica para las escenas del fuera de campo. El resultado le hizo recibir el merecido premio de La Palma de Oro a la Mejor Película en el pasado Festival de Cannes.

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