SOBRE LA VIOLENCIA DE GÉNERO


Los medios de comunicación  nos informan casi a diario de un suceso violento encuadrado dentro de la llamada violencia de género o machista. Un hecho en el que un hombre mata a una mujer, la mayoría de las veces en trámites de separación o con un largo historial de maltrato. La película, CUSTODIA COMPARTIDA, dirigida y escrita por el realizador francés, Xabier Legrand, cuenta un suceso de este tipo, el de una pareja recién divorciada que la juez del caso declara compartir la custodia de su hijo menor, a pesar que la madre Myriam pretendía tenerla en exclusiva para protegerle de su padre, Antoine, de carácter violento. Tanto el menor, Julien, como la hija, Joséphine, mayor de edad, le rechazan por ello. El padre hace valer su derecho a cuidar de su hijo y tenerle cada cierto tiempo, sin embargo, lo que quiere es mantener el vínculo con la madre.


Antoine no acepta el divorcio, la distancia que pone su exmujer con sus dos hijos de su parte. De esta manera, Julien se convertirá en un rehén en el conflicto. Será a través de él como logre mantenerse informado de las costumbres y el lugar donde vive la madre. Ésta, previendo el deterioro de la relación con su exmarido, se fue a vivir a una vivienda social, haciendo creer que residía en la casa de sus padres. Antoine, por tanto, no se adapta a la nueva situación, a los deseos de Myriam de rehacer su vida, de no querer mantener ninguna conversación, de apartarse definitivamente de él por la violencia ejercida contra ella y sus hijos, aunque nunca le denunció. El mantener la custodia de su hijo menor no es suficiente por los celos y la obsesión que sigue manteniendo por aquella.


La violencia en la pareja se produce, muchas veces, en pequeñas situaciones, o en circunstancias que no fueron a más. Luego surge, de repente, en un hecho trágico y definitivo. En la película queda retratado en una larga y terrorífica secuencia que empieza cuando Myriam le rechaza en el cumpleaños de Joséphine. Luego continúa cuando Antoine, armado con una escopeta de caza irrumpe en el piso de ésta en mitad de la noche. Gracias a la llamada de una vecina a la policía al oir los gritos y los disparos contra la puerta, tanto la madre como su hijo menor, logran salvar la vida refugiados en el servicio, tumbados dentro de bañera. El espectador vive, de esta forma, el terror ante la violencia irracional de un hombre que ha perdido el juicio y no le importa nada las consecuencias de sus actos. Una locura que le impide ver más allá que el odio y la sed de venganza por unos hechos de los que él es el principal responsable.

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