HACIA NINGUNA PARTE


Se ha dicho muchas veces que la historia se repite o que el pasado nunca muere. Nuestro tiempo coincide con la globalización económica y la llegada de numerosos inmigrantes a las sociedades desarrolladas de occidente. Se mantienen viejos conflictos en Oriente Próximo y numerosos refugiados quieren escapar de la guerra. Ante esta situación, no sólo en el Viejo Continente, sino en el resto del mundo, se vive un proceso de renacionalización, de cierre de fronteras inspirado por fuerzas políticas extremistas que si alcanzasen el poder, no tendrían reparos en utilizar aquellas medidas que propiciaron la violencia contra el diferente del siglo XX. En este contexto se encuentra la película, EN TRÁNSITO, dirigida por el realizador alemán, Christian Petzold, basada en la novela del mismo título de Anna Seghers.


El argumento se sitúa en el comienzo de la Segunda Guerra Mundial cuando numerosos perseguidos por ser judíos o por sus ideas políticas tratan de huir de Europa con destino a América ante el avance de las tropas alemanas. Estos perseguidos se concentran en el puerto de Marsella hasta lograr hacerse con un visado y un billete para escapar. Uno de ellos es Georg, un joven alemán, que de manera fortuita, al entregar unas cartas por encargo, se hace con la documentación y la identidad de un escritor muerto, que había conseguido un pasaje y un visado para llegar a México. Sin embargo, se encuentra que le busca su exmujer, Marie, a pesar que se había separado de él en la huida desesperada pero que mantiene su amor. Georg no se atreve a decirle la verdad, mientras se enamora de ella. Hace todo lo posible para entregarle su visado y pueda escapar de los nazis.


En Marsella viven otros personajes desesperados. Un médico pediatra que había ayudado a Marie a escapar de París, que será el que al final, se quede con el visado y el billete de barco del escritor, y la familia de su compañero herido, un niño y una mujer sordomuda con los que Georg entabla amistad. Los protagonistas, éste y Marie, por diferentes razones, permanecerán, así, en la ciudad portuaria en tránsito, junto a otros marginados, mientras ven la llegada de la represión alemana. La película no está ambientada en los tiempos que narra el argumento, a principios de la Segunda Guerra Mundial, sino en la actualidad con la misma inmigración africana, los gendarmes y  los coches patrulla de ahora. Por tanto, como se ha dicho, es una metáfora del tiempo, una reflexión sobre el presente que es el pasado, si dejamos de ser conscientes de ello y no hacemos nada para evitarlo.

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